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Fernando Savater, durante una reciente entrevista con El Debate en su casa de MadridPaula Argüelles

Savater: «De las pocas cosas que salvo en la España de hoy, está la figura del Rey»

El filósofo y el ensayista David Jiménez Torres disertaron sobre los intelectuales y la Monarquía

La Fundación Ortega y Marañón fue la sede escogida por la Red de Estudios de las Monarquías Contemporáneas para celebrar un coloquio entre el filósofo Fernando Savater y el ensayista David Jiménez Torres sobre los intelectuales y la Monarquía.

Este tema ha sido objeto de un reciente trabajo del joven ensayista que cubre el periodo comprendido entre 1902 y 1922, es decir entre el año en que Alfonso XIII empezó a asumir directamente sus funciones constitucionales, y el año anterior al golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera, que provocó, con el paso de los años, la caída del modelo de Monarquía contemplado por la Constitución de 1876.

Cuando el entonces Rey intentó reconducir la situación después, de la dimisión del militar en enero de 1930, nombrando en su lugar a Dámaso Berenguer, ya era demasiado tarde.

Precisamente, el artículo publicado entonces por José Ortega y Gasset, El error Berenguer, fue objeto de la entrada en materia de Jiménez Torres, quien afirmó que aún perdura la controversia acerca de si ese texto precipitó la caída de la Monarquía.

El ensayista enlazó ese famoso texto con el republicanismo de Ortega, que califica de «accidentalista» pues, recordó, el autor de La rebelión de las masas había declarado años atrás que «somos monárquicos porque España es monárquica».

De ahí que suscriba la tesis generalmente admitida según la cual la dictadura de Primo de Rivera supuso el punto de inflexión de muchos intelectuales que aceptaban la Monarquía.

Con todo, Jiménez Torres quiso rendir algo de justicia a Alfonso XIII, quien «apoyó iniciativas culturales como la del marqués de Vega Inclán, el viaje a Las Hurdes, o las audiencias concedidas a Gumersindo de Azcárate y a Miguel de Unamuno».

Hoy, las relaciones entre la Corona y el mundo cultural han experimentado un cambio notable cuyas raíces se sitúan en los inicios de la Transición.

En primer lugar, con la vuelta del exilio de intelectuales vinculados a la II República como Claudio Sánchez Albornoz o Salvador de Madariaga, que se adhirieron al nuevo régimen –Jiménez Torres considera ese gesto un paso importante en la «reconciliación de los intelectuales con la Monarquía» –, sin olvidar la decisión del Rey Juan Carlos de designar senadores a Julián Marías, Camilo José Cela o Martín de Riquer.

Aun así, admitió Savater, «el tema de la Monarquía, durante la Transición, nos afectó a muchos: me abstuve votar la Constitución, por mis dudas sobre la jefatura del Estado. Reconozco que fue una majadería».

Añadió el filósofo: «Juan Carlos nos parecía un Rey bueno, que había estado bien durante el 23-F, pero si no fuera bueno, también sería Rey. El problema del Rey es que sea bueno», antes de recalcar que «la conducta económica de Juan Carlos nos decepcionó».

Pero por fortuna, el autor de Ética para Amador conoció a Felipe VI de joven, por medio de Carmen Iglesias. «Me pareció una persona con cabeza, un príncipe de verdad».

De ahí la «nueva utilidad de la Monarquía, que es hoy un seguro necesario, la mejor encarnación de España después de la Constitución». En la práctica significa que «Felipe VI se ha ganado la legitimidad en la calle».

También porque ha entendido que «uno de los deberes que se le han puesto» consiste en «distanciarse de él». Sin embargo, tanto Savater como Jiménez Torres resaltan el acierto de Don Felipe al garantizar la continuidad «cultural» con su padre, plasmada en su asistencia a las entregas anuales de los premios Cervantes y de las medallas de oro al Mérito en las Bellas Artes. «Eso genera cercanía». Y lo hace con éxito: «De las pocas cosas que salvo en la España de hoy, es la figura del Rey», afirmó Savater con contundencia.

Mas el filósofo, partiendo de la premisa de que «el que el Gobierno [de Pedro Sánchez] es el adversario más feroz de la Constitución», se preguntó «¿Quién hay hoy de 14 o 15 años que entienda lo que es la Constitución? El problema no es lo que piensen los intelectuales, son los jóvenes, que tienen una idea adversa de España, de la Constitución y de la Monarquía».

Menos mal que esta última, en opinión de ambos conferenciantes, sigue ostentando mística y heroísmo estético, como se pudo ver durante la reciente visita a Paiporta. El tono se distendió cuando Savater fue preguntado acerca de los retratos de los Reyes realizados por Annie Leibovitz: «Tenemos unos Reyes muy resultones. Que un Rey además de serlo, lo parezca, está bien».