La considerada por muchos la mejor novela española después de El Quijote, La Regenta, de Leopoldo Alas Clarín, fue, sin embargo, destruida por parte de la crítica de su época, aunque, también es cierto, recibió al mismo tiempo hiperbólicos elogios de otra. Como recoge José María Martínez Cachero, de la Universidad de Oviedo, en un célebre estudio hemerográfico sobre la recepción de la novela en su época, La Regenta recibió toda clase de insultos: «Disforme relato de dos mortales tomos» o «rebosa de porquerías, vulgaridades y cinismo», son solo algunas de las perlas que le dedica el padre Francisco Blanco García. El crítico Luis Bonafoux dice que la novela padece de «un estilo atroz y plagado de galicismos y otros defectos de lenguaje».