Es indudable que Isabel Allende es una escritora superventas. Sin embargo, sus méritos literarios suelen quedar apocados por sus opiniones ideológicas y la alargada sombra del expresidente socialista de Chile Salvador Allende, primo hermano de su padre. En ese sentido, cabe preguntarse: ¿vale la pena lo nuevo de Allende, Mi nombre es Emilia del Valle? La respuesta es compleja: para los muy cafeteros de Isabel Allende, por supuesto. Para los que leen su obra con un mínimo de sentido crítico, basta con ojear la primera línea de la sinopsis para tener la respuesta: «San Francisco, 1866: una monja irlandesa, embarazada y abandonada por un aristócrata chileno tras una apasionada relación, da a luz a una niña a la que llama Emilia del Valle». Es decir, más de lo mismo: las habituales obsesiones de Allende plasmadas por enésima vez y donde instrumentaliza la religión para ofrecer un gancho al lector empleado ya en demasiadas ocasiones. A la venta el 20 de mayo de la mano de Plaza & Janés.