Muere Oliviero Toscani, el polémico fotógrafo de Benetton, a los 82 años
Hace dos años le diagnosticaron amiloidosis
El fotógrafo y publicista italiano Oliviero Toscani, célebre por sus campañas para Benetton, ha muerto a los 82 años de edad víctima de amiloidosis, en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Cecina, en Livorno, ha anunciado este lunes su familia.
«Con inmenso dolor damos la noticia de que hoy, 13 de enero de 2025, nuestro querido Oliviero se ha embarcado en su próximo viaje. Pedimos amablemente confidencialidad y comprensión para este momento que nos gustaría afrontar en la intimidad de la familia. Kirsti Toscani con Rocco, Lola y Ali», ha informado su esposa Kirsti y sus hijos, en una nota recogida por medios italianos, entre ellos la cadena de televisión pública RAI.
El fotógrafo estaba hospitalizado desde el pasado viernes en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Cecina, en la localidad de Livorno, debido al empeoramiento de sus condiciones de salud dos años después de ser diagnosticado con la enfermedad incurable de amiloidosis.
El trabajo de Toscani para Benetton estuvo siempre inmerso en la polémica, rozando siempre la línea de lo irreverente y el mal gusto.
Sus fotografías para la popular cadena de moda se centran en temas que poco tienen que ver con la venta de ropa. O sí, pero al menos no se percibía abiertamente y lo que llegaba al cliente era una serie de imágenes rompedoras, a veces desagradables, incluso violentas.
Como consecuencia, el público respondía de dos maneras opuestas: o rechazando la cadena de ropa por su imagen publicitaria firma de Toscani o, por el contrario, llenando las tiendas.
Toscani empleó sus campañas publicitarias en Benetton para reflexionar sobre las injusticias sociales, con temas como el racismo, la pena de muerte, la anorexia, el SIDA, la discriminación sexual o la religión.
Por el modo en que ha tratado esos temas, se le ha criticado por ofensivo, en particular cuando trató temas relacionados con la religión católica, como en una campaña en la que incluyó fotografías ofensivas para sacerdotes y religiosas.