Urtasun ejerce de «ministro palestino» y promueve la cultura de Palestina como Patrimonio de la Humanidad

En ocasiones parece que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, pertenece a un gobierno ajeno a España o que, directamente, actúa contra España.

Es el caso de su sorprendente relación que Palestina y su mundo cultural, una relación, obviamente, movida por la agenda ideológica de Sumar y del Gobierno, que lleva a que, en ocasiones, parezca que Urtasun es más un ministro palestino que español.

De ignorar la cultura española –véase su guerra contra la tauromaquia– a abrazar la cultura palestina como propia de los españoles. Ese es el extraño movimiento protagonizado por Urtasun este jueves al firmar un memorando de entendimiento con el embajador de Palestina en España, Husni Abdel Wahed, con el objetivo de fortalecer la cooperación cultural entre España y Palestina, informó Europa Press.

La firma del acuerdo, que tuvo lugar en la Biblioteca Nacional de España en el marco del Día de la Cultura Palestina, busca impulsar el intercambio en diversas disciplinas artísticas y culturales. Urtasun destacó que este pacto representa, además, una muestra del reconocimiento del Estado de Palestina.

«La cultura palestina es patrimonio de la humanidad. Su esplendor milenario nos pertenece a todos. Nuestro es también su dolor y padecimiento, y la responsabilidad colectiva de su defensa, como ocurre con otros países castigados por la guerra, como es el caso de Ucrania», afirmó el ministro durante el acto en el que no hubo palabras para los rehenes israelíes que siguen en poder de Hamás en la franja de Gaza.

El documento firmado establece áreas prioritarias como la literatura, el audiovisual y el patrimonio cultural. Asimismo, contempla la colaboración entre la Biblioteca Nacional de España y su homóloga palestina en materia de intercambio bibliográfico, programaciones culturales y objetivos formativos.

Urtasun subrayó la necesidad de apoyar a un pueblo que «sufre su exterminio bajo las bombas, la devastación de su territorio, el exilio y el más inhumano de los asedios», en el contexto de una guerra que, según sus palabras, «contraviene la legalidad internacional y vulnera los más básicos preceptos humanitarios».

Si bien reconoció que preservar la cultura palestina no es una solución directa al conflicto, destacó el papel fundamental del arte y el patrimonio como «expresiones del alma de un pueblo y símbolo de su resistencia ante la adversidad».

El ministro reafirmó el compromiso del Gobierno español en la búsqueda de una solución justa y duradera basada en la coexistencia de dos Estados. «España seguirá trabajando en todos los foros internacionales para exigir un alto el fuego definitivo. No habrá paz sin justicia, ni justicia posible sin este reconocimiento», enfatizó.

En este sentido, abogó por dar visibilidad a los creadores palestinos y fomentar su participación en el ámbito cultural internacional. «Al dar voz a sus artistas, directores de cine, poetas y músicos, contribuimos a garantizar sus derechos culturales y sentamos las bases para su reconstrucción», añadió.

Por su parte, el embajador palestino Husni Abdel Wahed agradeció el respaldo de España y subrayó la importancia de este acuerdo para fortalecer los lazos culturales entre ambas naciones. «España acompaña su discurso con hechos concretos y traduce lo que dice en políticas reales. Valoramos enormemente este reconocimiento», afirmó.

Abdel Wahed denunció, además, la difícil situación que atraviesa su país, al que calificó de víctima de un «genocidio criminal» que está destruyendo instituciones culturales, educativas y sociales. «Nos están forzando a dejar nuestra tierra bajo una limpieza étnica disfrazada de migración voluntaria. Nuestro compromiso es permanecer, mantener nuestra humanidad y resistir de la forma más digna posible, pese a los horrores que sufrimos», manifestó.

Tras la firma del memorando, la Biblioteca Nacional acogió la primera jornada del programa Cultura para la paz. España-Palestina.