¿Es El Buscón de Quevedo una novela paródica? Por supuesto. Esta novela picaresca, junto con el Lazarillo y el Guzmán de Alfarache la más emblemática del género, es una sucesión de situaciones absurdas, paródicas, humorísticas e hiperbólicas en la que Francisco de Quevedo despliega todo su ingenio. Utilizada para criticar y parodiar la sociedad española del Siglo de Oro, la espada de Damocles de la Inquisición obligó a Quevedo a retorcer el lenguaje para que no pareciera que decía lo que quería decir, lo que, al final, revirtió en beneficio de una novela que no puede leerse sin parar de reír. Y, como botón de muestra, baste con citar esa descripción del Licenciado Cabra, el «clérigo cerbatana».