El artista conceptual que vende aire a 28.000 euros: «La nada tiene un peso»

El arte conceptual es aquel movimiento artístico en el que el concepto tiene prioridad sobre el objeto: la idea es más importante que la obra física. De esta manera, los autores transmiten sus ideas haciendo que prevalezcan sobre sus aspectos formales o sensibles, favoreciendo la reducción a lo mental y prescindiendo de la realización material, indiferente a la técnica, el material o la forma que se utilice para representarlo. Célebres ejemplos son la Fuente de Marcel Duchamp, la Escultura Aerostática de Yves Klein o el Dibujo de De Kooning Borrado de Robert Rauschenberg.

A lo largo del desarrollo de esta corriente artística, que nació en los años sesenta y se hizo popular a través de un grupo de artistas estadounidenses e ingleses, ha habido múltiples interpretaciones y debates acerca de su validez. Pero ninguno ha llegado a alcanzar la catarsis que provocó la «escultura invisible» Io Sono que el pasado mayo vendió el artista italiano Salvatore Garau (Cerdeña, 1953).

Según el propio artista, se trata de una «obra inmaterial», que fue subastada por la célebre casa milanesa Art-Rite. Pero de hecho, lo único que el comprador adquirió fue un poco de aire... y un certificado de garantía, sellado y firmado por Salvatore Garau. Ese documento es lo único tangible de la escultura. Sin embargo, el italiano quiso aclarar su propuesta intelectual, alejada de cualquier tipo de estafa o engaño: «El éxito de la subasta confirma un hecho irrefutable: el vacío no es más que un espacio lleno de energía, incluso si lo vaciamos y no queda nada, según el principio de incertidumbre de Heisenberg de que la nada tiene un peso. Tiene, por tanto, una energía que se condensa y se transforma en partículas, es decir, en nosotros». Por eso mismo, el artista, que se embolsó 15.000 euros por esta idea, recomendaba reservar un espacio cuadrado, de 1,5 metros, para colocar la escultura.

El 5 de febrero ya había realizado una instalación en la Piazza della Scala de Milán, frente a la histórica ópera, titulada Buddha in contemplazione. «No la ves, pero existe; está hecha de aire y espíritu», decía entonces Garau mientras señalaba un cuadrado señalizado con cinta adhesiva blanca. ¿El interior? Vacío. «Es una obra que te pide que actives el poder de la imaginación, un poder que todos tenemos (...) Así como la música, el canto o la oración nos ayudan a ver lo que no vemos, incluso un título es suficiente para hacernos ver y percibir una existencia. No importa si es visible o no, esta forma generada con el pensamiento está ahora aquí, sobre el cuadrado blanco, exactamente a 25 metros frente a la entrada a la Gallerie d'Italia en la Piazza della Scala de Milán. Ahora existe y permanecerá en este espacio para siempre», añadía el artista plástico. 

Un nuevo récord

Lejos de haberse quedado aquella subasta en una demostración, la historia ha vuelto a repetirse. Y esta vez, para batir su propio récord: la segunda obra inmaterial del artista plástico de Cerdeña ha sido vendida por 28.000 euros, si bien la estimación inicial se fijó entre 12.000 y 16.000 euros.

Con el número 52 en el catálogo de la subasta, la galería presenta la obra con esta explicación: «Davanti a te (2020). Escultura inmaterial para colocar en un espacio libre de cualquier estorbo. Dimensiones variables, aproximadamente 200 x 200 cm. Obra acompañada de un certificado de autenticidad emitido por el artista. Obra archivada con el n. IM5. Procedencia: Colección particular, Milán».

En el mismo catálogo, sobre una foto del certificado de autenticidad de la obra con su firma, el artista Salvatore Garau explica: «Davanti a te es, entre todas mis esculturas inmateriales, la que considero más enigmática y, lo admito, inquietante. El tiempo que estamos viviendo no me permite fingir que no ha pasado nada y escapar de los temas que nos rodean y entran en la piel de la sociedad. Pintar ya no me basta para describir lo que está sucediendo a nuestro alrededor en todo el planeta. La 'materia' inmaterial de mis esculturas tiene, para mí, el poder de evocar en estos tiempos, como ninguna otra, el miedo que nos invade al pensar en nuestro futuro. La ausencia, más que la presencia, enfatiza nuestros dramas». Al final de su escrito aparece la firma de Salvatore Garau.

Aunque de esta escultura inmaterial el comprador solo se llevará, pagado a precio de oro, el certificado de autenticidad firmado por el artista, en el propio papel aparece una nota aclaratoria: «Este certificado no puede ser expuesto en el lugar reservado a la obra». 

Salvatore Garau se formó en la Academia de Bellas Artes de Florencia, donde se graduó en 1974, para unirse después al grupo de rock Stormy Six como batería. Tras un inicio académico y figurativo, a finales de los 80 desarrolló un lenguaje evocador, apasionado y romántico, construido sobre un estilo «líquido» donde presas, pilones y conductos dibujados en grafito suelen ser los protagonistas de la composición. En la actualidad, sus obras pueden encontrarse en el Museo de Arte Moderno de Saint-Étienne, la Gallerie di piazza Scala de Milán, el Museo Banco di Sardegna o la Fundazione Le Stelline de Milán.