El monasterio de las Descalzas Reales sale de su 'clausura': abre al público con 50 obras restauradas
El histórico monasterio madrileño reabre al público y rehabilita su colección y ocho de sus salas en una nueva concepción del espacio museístico que se concibe a través de visitas guiadas
Tras más de 20 de meses cerrado, Patrimonio Nacional vuelve a poner a disposición de la ciudadanía uno de los edificios con más historia del centro de la capital. Y lo hace tras una gran renovación museográfica que afecta a ocho de sus salas y que ha incluido la restauración de más de 50 obras, la incorporación de piezas procedentes de la clausura y la instalación de un nuevo sistema de iluminación con tecnología led.
En total, Patrimonio Nacional ha invertido 235.000 euros en la reordenación y renovación de los espacios visitables de Las Descalzas. Y es que las visitas guiadas son uno de los puntos sobre los que Patrimonio ha querido incidir: solo se podrá acceder al interior con guía y se podrá visitar de martes a domingo en un horario determinado.
El resto del presupuesto se ha invertido en la rehabilitación de los espacios, especialmente en la restauración de pintura de caballete y de retrato del Salón de Reyes y en la ejecución del montaje museográfico. El resto del presupuesto ha servido para adecuar la iluminación, los accesos y el aislamiento de los espacios.
En total, se muestran más de mil obras, incluyendo 200 pinturas (50 de ellas nunca antes expuestas), que recibirán a los nuevos visitantes a partir del viernes. En cuanto a las labores de restauración, desde la dirección de las Colecciones Reales se ha trabajado sobre más de 50 piezas pictóricas, como Santa Cecilia (Michiel Coxcie, 1550), La Anunciación (Vicente Carducho, 1624) y el tríptico de La Virgen del Papagayo (Adriaen Isenbrandt, primer tercio del XVI). De los tres retablos restaurados destaca, por su dimensión y ubicación, el dedicado a Santa Clara en el Salón de Reyes. Además de la estructura, se han restaurado los cobres de las calles laterales y se ha aprovechado el desmontaje para consolidar la inscripción que se encuentra tras él, en el muro sur de esta estancia.
La Reina Letizia inaugura la reapertura
En la inauguración del espacio, que abre al público el viernes 3 de diciembre, la Reina Letizia ha visitado este nuevo recorrido expositivo acompañada de la presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva; la directora de las Colecciones Reales, Leticia Ruiz; la delegada de los Reales Patronatos, Elvira Prado, y las conservadoras responsables del nuevo proyecto, Ana García Sanz y Carmen García Frías. Las dos últimas fueron las encargadas de evaluar la estructura y proyectar la reforma con el objetivo de abrirlo al público, rehabilitando el espacio museístico.
«Este Real Patronato, uno de los 12 que gestionamos en toda España, es un singular oasis en el centro de Madrid. Es un punto clave en la historia de nuestro país, posee uno de los mejores conjuntos de las Colecciones Reales y, además, conserva su función original como espacio de recogimiento espiritual. Su reapertura representa una recuperación fundamental para la vida cultural y turística de la capital», ha expresado la presidenta, Ana de la Cueva, en la apertura.
La historia del convento
Aunque se fundó en 1559 como el convento de Nuestra Señora de la Visitación, el uso y las costumbres –y los madrileños, que son muy suyos– han hecho que durante cinco siglos se haya conocido como el monasterio de las Descalzas Reales. Ubicado en el mismo centro de Madrid, guarda una importante relevancia histórica: cuando Juana de Austria, la hermana de Felipe II, enviudó de Juan Manuel de Portugal, decidió que sería su gran legado y frente a él se han aplaudido y proclamado a reyes y príncipes de todas las ramas de la Corona española. Cumplido su cuarto siglo en pie, y después de sufrir los horrores de la Guerra Civil y años de abandono institucional, el monasterio seguía, contra todo pronóstico, en un buen estado arquitectónico cuando, en 2019, Ana García Sanz y Carmen García-Frías recibieron el encargo de asegurar la supervivencia del edificio.
Actualmente residen todavía 19 clarisas franciscanas, pero el monasterio albergó en su momento a enclaustradas de sangre real como la infanta Margarita, Catalina María de Este o Ana Dorotea de Austria, a la que Rubens inmortalizó en una de sus dos únicas visitas a España y cuyo retrato ha sido uno de los más beneficiados por la restauración. El Santo Ángel Protector de Gaspar Becerra también ha sido restaurado para presidir la estancia dedicada al arte del siglo XVI.
Conservar un monumento histórico así no consiste solo en rehabilitar las obras, sino también en repensar los espacios. Así, las actuaciones de reacondicionamiento y de restauración más importantes se han centrado en las ocho salas de la entreplanta, donde se muestra una nueva selección de aproximadamente 200 obras. El discurso expositivo es más claro y más completo con el objetivo de facilitar el descubrimiento de la riqueza, variedad y calidad de las colecciones, que llegan hasta el siglo XVII. Además, se han incorporado obras procedentes de la clausura o de espacios menos visibles. Entre las salas que han visto renovada por completo su museografía se encuentran el Candilón, que refleja el aspecto de una galería de retratos monástica, y el Salón de Reyes, donde se exponen algunos de los retratos más importantes de los Habsburgo, como el de la fundadora del monasterio, Juana de Austria, por Sánchez Coello.