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Los 'CryptoKitties' son uno de los avatares NFT del momentoMaría Serrano

Por qué los NFT son la nueva revolución del arte: qué son y de dónde procede su valor

Estos certificados digitales de autenticidad, que comparten la misma tecnología que las criptomonedas, han hecho disparar el mercado del arte y nuevos modelos de negocio

Abre el periódico, sección de Cultura. Una noticia: «El error por el que un NFT valorado en 260.000 euros se vendió por 2.600». No entiende nada, pero lo intenta, y sigue leyendo. Palabras y términos como «criptoarte», «sistema blockchain» o «bienes no fungibles» salpican el texto. Se entera de que alguien ha pagado 107.000 euros por comprar el primer mensaje de texto de la historia. Piensa: «¿Se puede comprar un mensaje de texto?», para acto seguido reflexionar sobre si se puede considerar arte un código informático.

Lo primero que tenemos que entender es que el mundo del arte (y, en consecuencia, el mercado del arte) ha cambiado radicalmente. Algunos se niegan a verlo, otros especulan ya con el tema y otros se aferran al fin de la burbuja. El criptoarte es una nueva forma de comercializar y hacer arte vinculado a la tecnología blockchain o «cadena de bloques», por la que cualquier bien digital puede ser vendido como criptoarte, incluso hasta un tweet o un meme viral. Sin embargo, suele predominar el arte digital.

NFT y blockchain: qué significan

NFT, Non Fungible Token o Tokens no fungibles, en castellano, es un certificado digital de autenticidad que mediante la tecnología blockchain, la misma que se emplea en las criptomonedas, se asocia a un único archivo digital. A partir de ahí, se ha construido una nueva forma de expresión digital que ha disparado el mercado de arte en 2021.

Aunque es un poco complejo, blockchain aglutina una serie de tecnologías que, por la forma en la que están codificadas, son imposibles de modificar. Según Don & Alex Tapscott en su libro Blockchain Revolution, «se trata de un libro de contabilidad digital incorruptible de transacciones económicas que se puede programar para registrar no solo transacciones financieras, sino prácticamente todo lo que tiene valor». Hay dos términos clave a la hora de entenderlo: se trata de un registro inmutable y transparente. 

Cada uno de los bloques de datos se encuentra protegido y vinculado entre sí, permitiendo la participación de determinados usuarios (cada uno, asociado a un bloque). Así, la transacción no la verifica un tercero, sino la red de nodos (computadores conectados a la red), que también es la que autoriza en consenso cualquier actualización en la blockchain.

Los NFT 'Bored Ape Yacht Club'

Es lo que sucede con las criptomonedas, que utilizan la criptografía para protegerse y funcionar. La criptografía es una protección matemática para codificar información que es almacenada en la tecnología blockchain. Para lo primero que se utilizó esta nueva tecnología fue para el dinero con el nacimiento del Bitcoin, pero al ser una tecnología de código abierto muchas otras criptomonedas pueden pertenecer a este sistema emulando lo que hace el Bitcoin y hasta agregando otras características. Es así como Ethereum es la segunda moneda más consolidada, porque a diferencia del Bitcoin, Ethereum también otorga un sistema de contratos inteligentes, donde se intercambian los NFT.

Su aplicación en el mundo del arte

Cualquier imagen, vídeo, audio, texto o archivo comprimido determinado puede obtener un identificador en el que se registra el nombre del autor, su valor inicial y su historial de ventas, entre otros metadatos. Este bien no fungible (esto es, un bien que no se puede duplicar, ni se consume con su uso, ni se puede reemplazar por otra cosa) ha desatado este año una auténtica fiebre en forma de criptoarte.

«En el mundo del arte, el valor de una obra reside en que sea única. Según surgían las tecnologías, el mercado artístico se ha ido adaptando a ellas, por lo que hoy existen obras de arte digitales. ¿Cómo garantizar que un archivo es único y especial y no hay miles de archivos iguales? Aquí aparecen los NFT, que proceden del Derecho romano: son bienes únicos e indivisibles». Así lo explica Ana María Trigo, escritora (Vender obras de arte y antigüedades es su último libro) y tasadora de arte, además de licenciada en Historia del Arte y Humanidades y Graduada en Derecho.

Así, el criptoarte se encuentra en pleno crecimiento, y cada vez dan a conocer más artistas digitales que venden sus obras por millones de dólares. Es el caso del artista conocido como Beeple, que vendió su obra Everydays por 69 millones de dólares. El caso de los avatares Bored Ape Yacht Club, una colección NFT limitada de 10.000 avatares de simios que ha generado millones de dólares en volumen de operaciones, ha supuesto también una revolución en el mercado.

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre descargar un archivo digital o comprarlo? El archivo va a ser el mismo, pero la diferencia radica en los NFT, que funcionan, entre otras cosas, como certificados de propiedad de bienes virtuales. Por lo tanto, cada vez que se vende criptoarte, lo que se vende es el certificado de propiedad.

Gracias a la tecnología blockchain, los artistas pueden autentificar la originalidad de sus obras de arte digital. Es decir, el artista certifica de manera digital que determinada imagen es la original. Esto permite especular con su valor y comercializar. El criptoarte cambia completamente el concepto: ahora se trata de una una transacción. El arte digital no existe si no existe el blockchain. Al ser no fungible, es un pedazo de información que no puede ser intercambiada por otra porque no existe otra igual a ella.

El criptoarte comprende crear un token que es único, con información dentro alojada en el blockchain, e intercambiarlo por dinero. La parte visual del criptoarte muchas veces poco tiene que ver con la representación de su valor. Se podría decir que su valor está más relacionado con su contexto: quién lo hizo, cuándo, qué representa. Por ello Jack Dorsey, el fundador de Twitter, vendió su primer tweet en la red social por 2,9 millones de dólares.

El primer tuit de Jack Dorsey, creador de Twitter

¿Por qué invertir en NFT?

Como hemos dicho, los NFT son no interoperables, indivisibles, indestructibles, verificables y de propiedad absoluta: a diferencia de la música o el cine, si compras uno de estos bienes su propiedad es absolutamente tuya. No compras una licencia para ver la película o escuchar la canción, sino que ese bien intangible es completamente tuyo. «Es muy difícil saber qué va a suceder con los NFT. Es una tecnología nueva y no sabemos cómo va a evolucionar. el mercado del arte, en el que también existen las burbujas. Yo, de momento, esperaría a ver cómo evoluciona antes de invertir», aclara Ana María Trigo.

Aunque no se entiende la idea de comprar un bien que no existe físicamente, muchos aseguran que su valor va aumentar con el tiempo. Con el certificado de autenticidad y propiedad, y al ser un activo único, el valor de la obra solo tiene un límite: el de la ley de la oferta y la demanda.