Abre el primer museo NFT del mundo... en un espacio de 280 metros, pero sin obras físicas: solo pantallas

Curiosamente, el primer museo del mundo dedicado a los tokens no fungibles (NFT) no existe solo en el mundo virtual, sino que se trata de un espacio físico. El Seattle NFT Museum tiene 280 metros cuadrados y, contra todo pronóstico, está recibiendo un gran número de visitas desde su apertura hace unos días. «Sin las limitaciones de los medios y los materiales, el arte digital amplía los límites del espacio físico. Las exposiciones del Museo NFT de Seattle están diseñadas para explorar juntos esos límites», explica su carta de presentación.

Para ser un museo centrado en una tecnología nueva y en desarrollo, se basa en los caminos de las instituciones establecidas. Por dentro, parece un cubo blanco, vacío, sin alma, con textos en las paredes y obras expuestas en pantallas de alta resolución, uno de sus grandes orgullos: «Ofrecemos una ventana cristalina al arte digital a través de más de treinta pantallas digitales de alta fidelidad. Desde 85 hasta 32 pulgadas, en orientación vertical y horizontal. La calidad de estas pantallas es la base de esta galería inmersiva».

Parte de la misión del museo es aumentar y mejorar el conocimiento de los NFT, ese todavía gran desconocido del mundo del arte. Junto a cada obra, los textos sirven de explicación para que los visitantes puedan entender el arte del blockchain, y el personal del museo está disponible para resolver cualquier duda o aclaración. «Vinculamos cada instalación con los metadatos, la historia del artista y mucho más para que, con cada nuevo descubrimiento, su viaje no haga más que empezar», reza el comunicado.

Entre los artistas «en exposición», el museo destaca la Bird Collection, creadora de los CryptoPunks, un conjunto de 10.000 NFT que suelen venderse por entre 350.000 y 500.000 dólares, aunque algunas alcanzan cifras millonarias en Christie's y Sotheby's. Blake Kathryn es otro de los grandes nombres en cuanto a NFT se refiere, especialmente cuando se alió con Paris Hilton, evangelista del criptoarte: la pieza de arte Iconic Crypto Queen, que mostraba a la propia celebrity digitalizada con su particular sello, alcanzó un precio de más de un millón de dólares.

La interiorista y diseñadora Abby Dougherty, más conocida como Neon Saltwater, ha conseguido realizar una serie de renderizaciones de los espacios que ella crea. En la exposición UNVIRTUAL presentaba instalaciones inmersivas en 3D –mesas de color verde brillante, paredes salpicadas de Dayglo, mostradores de color rosa neón– que daban vida a las representaciones oníricas características de Dougherty. Otros artistas son H+ Creative (que representa a varios artistas) y Robbie Trevino, cuya obra NFT está valorada en más medio millón de dólares.

Nirvana, convertido en NFT

Uno de los artistas que también ha conseguido su hueco en el Seattle NFT Museum es Charles Peterson. Fotógrafo musical, este estadounidense ha puesto a la venta once NFT de fotografías de diferentes bandas, que van desde Nirvana a Alice in Chains. «Furia. Tal vez sea una palabra demasiado fuerte, en su definición original de invocación a la violencia, pero implica una acción de tipo rápido y poderoso, un ataque tan rápido y fuerte que puede ser como un borrón. El grunge era fuerza y poder, mezclado con angustia, ira, sensualidad y una buena dosis de humor sarcástico para rematar. El grunge era, en realidad, punk sin los adornos culturales, recubierto de una gran dosis de rock clásico marginal, nuevo metal, garaje de los 60 y rareza indie de Austin», explica junto a la obra.

Todas las obras de arte y fichas expuestas en el Museo NFT de Seattle son cedidas en préstamo directamente por los artistas o propietarios. Nuestra misión es crear una conexión física directa con auténticos activos digitales.

En el último año, las NFT han proliferado en internet y en el mundo del arte desde que la obra de Beeple se vendió por 69 millones de dólares en una subasta de Christie's en marzo de 2021.

Sin embargo, la historia de las NFTs va más allá, señala el museo, rastreando sus orígenes hasta una obra de Kevin McCoy de 2014. Titulada Quantum, la obra presenta un octógono parpadeante y contenía un «certificado de propiedad de tipo NFT» tras ser acuñado en la blockchain de Namecoin hace ocho años.