Ai Weiwei. La búsqueda de la humanidad en medio del infierno de la guerra
La retrospectiva se extiende desde sus primeras fotografías hasta los trabajos dedicados al confinamiento con el que el régimen chino ha sometido a la ciudad de Wuhan.
Con el título En busca de la humanidad la galería Albertina Modern propone al visitante una gran retrospectiva con las grandes temáticas de Ai Weiwei: la corrupción, el autoritarismo, los refugiados y los derechos humanos.
La exposición recorre prácticamente toda la carrera del artista, invitando a explorar las experiencias que han definido la postura artística y vital del creador multidisciplinar chino.
Peinetas, bicicletas y jarrones chinos
En la muestra se puede observar la serie de fotos Estudios de Perspectivas, con su dedo haciendo «peinetas» a centros y símbolos del poder como la Casa Blanca, la Plaza de Tianamen, la Torre Eiffel o la Mona Lisa, y su letrero de luces de neón con un inequívoco «FUCK».
También se muestran los montajes de bicicletas amontonadas de tal forma que pierden su función, como símbolo del salto de una China pobre a potencia económica que termina sufriendo la inmovilidad del individuo; o las fotografías de Nueva York durante la década de 1980, cuando un joven Ai Weiwei plasmó las luchas políticas y las protestas sociales, y descubrió un principio fundamental para su obra posterior: la capacidad de cambiar la realidad mediante la acción.
La serpiente de maletas escolares
Entre esas piezas tempranas se encuentra la serie de fotos de 1995, en las que aparece dejando caer un jarrón milenario de la dinastía Han, como una protesta contra la Revolución Cultural de Mao Tse Tung, o la masacre de Tiananmen de 1989, que marcó profundamente toda su obra posterior.
Además, se puede encontrar la enorme serpiente hecha con maletas escolares, que recuerda a los miles de niños que murieron en el terremoto de 2008 en Sichuan por el derrumbe de colegios mal construidos, y que Ai nunca ha dejado de denunciar.
Tampoco se han olvidado de los casi tres meses que el artista pasó desaparecido en una cárcel china, con reproducciones de su vida en la celda, donde era vigilado por los guardias, incluso cuando se duchaba.
Después, en 2015, cuando recuperó su pasaporte, Ai huyó a Europa, donde se encontró con la crisis humanitaria de refugiados que también huían de la guerra, que el artista ha plasmado en documentales como Human Flow, y en el que se describe la conversión de una persona en refugiado.
La invasión de Ucrania es inaceptable
Durante la presentación de la muestra, el mismo Ai Weiwei ha mostrado su repulsa a la situación de Ucrania, y ha declarado que «hay mucha irracionalidad. La invasión es inaceptable; la guerra no es aceptable. Es una tragedia, es una vergüenza para el siglo XXI que todavía tengamos a gente o gobiernos tratando de lograr su propia agenda sacrificando la vida de todos y haciendo sufrir a la gente».
Al mismo tiempo, ha indicado que el título de la exposición, a la que ha definido como «crítica, radical y realista, debería ser defender la humanidad», y ha resaltado que «la exposición se propone en un momento en el que en Europa hay más de dos millones de refugiados, Rusia ha invadido Ucrania y estamos en medio de lo desconocido y de la incertidumbre». Y que es, además, «un momento en el que se tambalean los principios de democracia y libertad, y que puede derivar en una crisis aún mayor, en la que la propia existencia de la humanidad peligra».