El primer NFT de la historia: una obra invisible de Yves Klein sale a subasta por medio millón de euros

Fue uno de los fundadores del Nuevo Realismo, pero a veces le faltaba realidad, al menos cuando hablamos de materia. Yves Klein murió joven, a los 34 años, de un ataque al corazón poco antes de que naciera su primer hijo, pero en su corta vida exploró y rompió los límites del arte contemporáneo.

La mayoría de sus primeros trabajos eran pinturas monocromáticas en una amplia variedad de colores. Entre ellos destacan el rosa, el dorado y el azul, cuya tonalidad añil recibió su apellido. En 1958, Klein inauguró una exposición en la Galería Iris Clert en la que optó por mostrar la nada: 'La Especialización de la Sensibilidad en el Estado de las Materias Primas en la Sensibilidad Pictórica Estabilizada, el Vacío'. El espacio expositivo estaba vacío: quitó todo lo que había en la galería a excepción de un gran gabinete y pintó cada superficie de blanco. Unas tres mil personas hicieron cola... para entrar en una habitación vacía.

La investigación del color le llevó a realizar «trabajos inmateriales»: comenzó a intercambiar espacios vacíos de París por oro. No se trataba de una venta, sino de un intercambio simbólico entre el máximo valor material y el mínimo. Yves deseaba de sus compradores la experiencia «muda» de adquirir un espacio vacío: «La pureza del vacío sólo se puede intercambiar en igualdad con el más puro de los materiales: el oro», explicaba el artista nacido en Niza. De esta forma se restablecía el «orden natural» que dejaba una transacción de venta de un espacio vacío (que dejaba tras la operación de intercambio no «vacía» nunca más).

La 'performance' del vacío

Como explicó Yves Klein, lejos de estar vacía, la galería estaba, por el contrario, saturada de «sensibilidad pictórica en estado puro». Unos meses más tarde, la finalización de los recibos y el ritual que acompaña al «traspaso» permitieron inscribir definitivamente esta «sensibilidad» en el campo de las artes visuales, y que cada coleccionista se convirtiera en el dueño definitivo de una «zona de sensibilidad pictórica inmaterial».

A cambio de las obras inmateriales, Klein recibía oro y el comprador, un 'recibo' de adquisición. En el intercambio se llevaba a cabo una curiosa performance: Klein arrojaba al río Sena, en París, la mitad del oro que recibía, mientras un fotógrafo registraba el intercambio, y el comprador se quedaba con la foto y un recibo que certificaba la cantidad del metal precioso que estaba en el fondo del Sena. El ritual incluía la quema de ese certificado. «Este acto final pretendía reequilibrar el 'orden natural' que había desequilibrado a través de la venta del espacio», señalan en Sotheby's.

Hubo tres ceremonias de transferencia, todas bien documentadas. En este intercambio de «zonas de sensibilidad» por recibos se encuentra el antecedente al fenómeno actual de los NFT, que a su vez permite el intercambio de obras inmateriales. Si a esto le añadimos que Yves Klein mantuvo un registro de los sucesivos propietarios de las «zonas», es fácil encontrar aquí otro concepto revolucionario: la «cadena de bloques» o blockchain.

Ahora, Sotheby's saca a subasta uno de estos recibos, el de la colección Loïc Malle, que ha sido expuesto en diferentes países durante las últimas décadas. Su primer propietario, el famosísimo anticuario Jacques Kugel, la adquirió a Yves Klein el 7 de diciembre de 1959. De acuerdo con Sotheby's, «en términos de su intangibilidad, esta pieza puede verse como un precursor del arte digital y las NFT», por lo que aceptará criptomonedas como pago. El precio de partido se encuentra en los 500.000 euros, y la subasta tendrá lugar el próximo 6 de abril. Las pujas ya están abiertas.