El hallazgo sin precedentes de la necrópolis fenicia en Osuna

Las obras de mejora de canalización del agua en el pueblo de Osuna (Sevilla) han desvelado una necrópolis única de época fenicio-púnica, datada en torno al siglo V-IV antes de Cristo.

Según ha informado la Junta de Andalucía, el descubrimiento corresponde a estructuras y formatos similares de la época, con «nítidos paralelismos» con hallazgos funerarios de Tharros (Cerdeña), Kerkouan y Sahel (Túnez).

El proceso de excavación ha permitido documentar «una serie de restos de indudable valor patrimonial» que, por su marco temporal y el grado de conservación, «son inéditos en la zona interior de Andalucía».

Hallazgo único en el interior

Tras visitar los restos encontrados la alcaldesa de Osuna, Rosario Andújar, ha destacado la importancia histórica del descubrimiento. «Todos somos conocedores de que, cuando se excava en determinadas zonas de nuestro pueblo, es harto probable encontrar restos de más o menos valor histórico», pero nunca se había llegado a esa profundidad, «que nos está trasladando a la época fenicia y púnica, siendo unos enclaves arqueológicos únicos, de momento, en la península».

Se trata de unos enterramientos que, «por sus características, se sabía que podían estar cercanos a la costa y, ahora, sorpresivamente, aparecen en el interior», por lo que estos descubrimientos pueden dar pie a que haya que volver a reformularse la historia sobre esta época, «dada esta ubicación geoestratégica».

Por su parte, el director arqueológico de la excavación, Mario Delgado, ha calificado estos hallazgos como «trascendentales, al descubrir una necrópolis de época fenicia y púnica de tumbas de pozos, con escaleras de acceso y atrios, siendo un total de ocho las que se conservan. Forman un conjunto único dentro del Mediterráneo, siendo necesario tener que mirar hacia Cerdeña, hacia la propia Cartago, para encontrar una necrópolis de estas características».

Como ha señalado Mario Delgado, se trata de una intervención previa que se hace a través de una obra de construcción civil, para reconocer el terreno, comenzando con una excavación en la que, en principio, «íbamos más orientados hacia la posible detección de restos de época romana imperial que es más coherente con lo que existe en el entorno y, finalmente, nos hemos encontrado con la sorpresa de que teníamos unas estructuras talladas en la roca, hipogeas, y perfectamente conservadas bajo los niveles romanos».

La excavación ha hecho aflorar ocho estructuras que componen un conjunto de tumbas de pozo de tradición fenicio-púnica, hipogeas (bóvedas subterráneas), talladas en la propia roca calcarenita que, posteriormente, son reutilizadas en época de república romana. Uno de los más relevantes de estos recintos funerarios cuenta con un acceso en escalera desde su lado oeste, que da entrada a un espacio rectangular, seguramente al aire libre, que podría hacer las veces de atrio.

Otra de las estructuras detectadas es aparentemente más cuadrangular y parece presentar también un acceso en escalera por su lado oeste, aunque está más afectada por labores de excavación y por la presencia del fondo de dos silos. La tercera se localiza bajo un conjunto de muros de época imperial romana, que se construyen sobre la colmatación de dicho espacio funerario, mientras que una cuarta presenta similares características a las anteriores.