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Una crítica de arte observa la obra White Centre ( Yellow, Pink and Lavender Rose) subastada en Sotheby's en 2007 por 40 millones de dólares©RADIALPRESS

Mark Rothko, ¿arte abstracto superior o la mayor muestra de la farsa del arte contemporáneo?

En el aniversario del pintor estadounidense de origen letón surge la pregunta ante una obra de éxito compuesta por simples franjas rectangulares de colores

Dice Albert Boadella en su libro Joven, no me cabree, que, respecto al arte, nos encontramos en el mundo de la nada. Asegura el dramaturgo que Picasso, «un pintor muy dotado», se dedicó a partir del cubismo y del surrealismo y de todos los ismos «al mundo de la especulación, del truco y del dinero».

Es cierto que uno ve las obras primeras del artista malagueño y observa un prodigio que en la madurez (artística) se dedicó a producir obras en serie, de mucho menor tiempo de realización, en una suerte de infantilización o de simplificación de formas y de esfuerzo inversamente proporcional a los beneficios económicos.

La modelo desnuda

Mark Rothko (1903-1970) emigró con siete años desde Daugavpils, en Letonia, a Nueva York con toda su familia. Contó el mismo que descubrió su vocación por el arte a los veinte años, cuando asistió con un amigo a la Liga de Estudiantes de Arte, donde estaban realizando un retrato a una modelo desnuda. Sus primeras obras, las Series del Metro, no revelan la dotación que mostraba Picasso a la edad en que Rothko ni siquiera se imaginaba que sería pintor.

'Untitled' (1952-53), de Mark Rothko©GTRESONLINE

El surrealismo (uno de los ismos a los que se refiere Boadella) y el psicoanálisis iban a ser los «trucos» (ajenos a la pintura, o al menos periféricos) con los que el incipiente artista (no se sabe si por una ausencia de talento que buscó en los arrabales) buscó impactar al público. Y lo consiguió, que es, sin más, el objetivo del arte moderno.

Mark Rothko

Luis Racionero dijo que todavía había más farsantes en la política que en el arte y que dejó de ser progre el día que estuvo seis horas en un sótano de Nueva York viendo Empire State, de Andy Warhol, una filmación que consistía en un plano fijo del famoso rascacielos. Pese a ello, admitió que el único artista contemporáneo que le emocionaba era Rothko.

El artista que empezó figurativamente y que después, ante la ausencia de respuesta (quizá incluso la propia), transformó sus obras en simples color y forma, «la pura abstracción» sospechosa de un nuevo ismo por el que él y Pollock (al que desdeñaba Racionero) abandonaron los pinceles para ponerse a pintar sin reglas.

Valor técnico

Dicen los expertos que la aparente simpleza en la composición de los cuadros del artista que hoy se venden por decenas de millones de dólares tiene su contrapunto en la complejidad de los colores, para los que utilizaba materiales distintos, dese el óleo al barniz, lo cual le da el verdadero valor técnico a las obras que en apariencia son aparentes (valga la redundancia) franjas de colores o rectángulos sin ningún aparente (otra vez) valor técnico.