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El Museo Thyssen, uno de los más importantes en España, cumple 30 añosMuseo Thyssen

El Museo Thyssen cumple 30 años con puertas abiertas, un podcast y la polémica por el Pissarro expoliado por los nazis

Cumplir treinta años sirve a la colección de los barones para reflexionar sobre el futuro y conmemorar el pasado mediante debates, recorridos temáticos, conferencias y talleres

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza cumple tres décadas de vida: un periodo que comenzó con la euforia de la llegada de la colección del barón Thyssen a España, pasó una fase incierta hasta la firma del alquiler de la colección Carmen Thyssen y ahora afronta una etapa de estabilidad no exenta de polémica: el difícil caso del Pissarro expoliado por los nazis sigue siendo una asignatura pendiente de la entidad, que afirma que la ley que rige es la española y que la propiedad es, por tanto, suya.

Con motivo del aniversario, el museo celebra este fin de semana una jornada de puertas abiertas y ha ideado una completa programación de actividades que incluye talleres, charlas y actividades para todos los públicos: desde una conversación sobre «El futuro de los museos» hasta diferentes talleres, como uno sobre collage, una visita para familias, una conferencia sobre cómo invertir en arte y otra sobre el papel de lo jóvenes en la cultura.

El museo sigue hoy en día estrechamente vinculado a la familia del barón Thyssen (1921-2002) a través de su viuda Carmen Thyssen, vicepresidenta del patronato, y la participación de varios de sus hijos, como Francesca Thyssen, cuyo trabajo está vinculado al mundo del arte.

El Thyssen, un «museo de todos»

El museo quiere aprovechar la ocasión para reforzar la idea de que se trata de un museo nacional, o «el museo de todos». Así se titula el 'podcast' que el museo ha lanzado con motivo del aniversario. «La llegada de la colección fue una oportunidad enorme para España», explica Guillermo Solana, director artístico del museo, que interviene en el programa de audio.

El Museo Thyssen ha lanzado un capítulo especial en su podcast de Spotify por el 30 aniversario

A mediados de los años 80, el barón Thyssen comenzó los contactos con el Gobierno español para la llegada de su colección en España, descartando otros lugares como Suiza o Inglaterra. Finalmente el museo abrió sus puertas el 8 de octubre de 1992. El Estado pagó 44.000 millones de pesetas y los casi 800 cuadros son hoy de su propiedad, aunque no los de su viuda, de menor valor pero cuya colección se encuentra también expuesta en el museo.

El Gobierno rehabilitó el Palacio de Villahermosa y allí se instalaron casi 800 obras de su colección en la que maestros antiguos como Rembrandt, Caravaggio, Durero o Carpaccio conviven con Van Gogh, Degas, Picasso, Hopper o Freud. La historia de la colección es también la del propio barón Thyseen-Bornemisza, un acaudalado hombre de negocios que encontró en el arte una de sus grandes pasiones.

«Mi pasión por el arte me ha ayudado a superar momentos difíciles tanto en mi vida privada como profesional. Esa pasión es más importante que cualquier otra cosa y pone todo en perspectiva», dejó escrito Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, que habría cumplido 100 años en 2021. Mecenas, empresario, coleccionista, amante no solo del arte sino de la belleza en general, entregado y jovial, el difunto marido de Carmen Cervera ha tenido una importancia capital en el arte en nuestro país.

La colección de la baronesa

Los primeros años fueron de gran crecimiento: fueron años en los que el museo era una atracción de visitantes y una de los paradas indispensables del Paseo del Arte, que conforma con el Museo del Prado y el Reina Sofía. En 1999 llegó la colección de Carmen Thyssen, en gran parte heredada de su marido. Inicialmente se acordó una fórmula de depósito, pero el objetivo claro era que el Estado la comprara.

El Gobierno adquirió dos edificios anexos para alojarla pero la negociación se torció y no se resolvió hasta febrero del año pasado, tras dos décadas de tira y afloja y un acuerdo de alquiler de 6,5 millones de euros al año durante 15 años.

Atrás quedan las tensas negociaciones, y la salida de cuadros como La Esclusa (2012), que se vendió en subasta, y otros tres cuadros en pleno confinamiento, el más valioso, el Mata Mua de Paul Gauguin, que desde febrero cuelga de nuevo de las paredes del museo.

Los estatutos del museo no contemplan una política de adquisiciones: el 90 % de los cuadros de la colección del barón debe estar expuestos, según sus estatutos. Esta circunstancia le otorga menos flexibilidad que otros museos. De hecho, el año pasado el Thyssen experimentó con nuevas fórmulas de narrativa de su colección permanente, hasta entonces cronológica. El museo formuló un proyecto sobre arte norteamericano que mezclaba piezas de distintas épocas e incluía obras nuevas aportadas por varios de sus hijos.

Las nuevas narrativas y las aportación de los herederos del barón son claves en el futuro del museo, según explicaba esta semana Guillermo Solana con motivo de la exposición de la colección privada de Borja Thyssen, cuyas obras se han instalado ya en la pinacoteca. En la actualidad, se puede ver de forma gratuita una exposición de pequeño formato titulada 'Hipperrealismo en la colección Blanca y Borja Thyssen-Bornemisza'.

Además de las obras de Borja Thyssen, el museo ha ido incorporando en los últimos años obras de Alexander y Francesca Thyssen. En el caso de la hija del barón, también integrante del patronato, la participación es aún mayor a través de su fundación TBA21, que organiza exposiciones de arte contemporáneo habituales en el museo.