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Impresión artística de NíniveWikipedia

La historia de Nínive vuelve a resurgir después de la destrucción de la ciudad asiria por parte del ISIS

Los arqueólogos que estaban reconstruyendo la capital de Asiria tras la devastación sufrida en 2016 han hallado monumentales relieves y yacimientos

Nínive fue una de las grandes ciudades de Mesopotamia y protagonista de alguno de los pasajes de la Biblia. Situada en la actual Mosul iraquí, fue el objetivo de los exploradores que a lo largo de la historia intentaron determinar si, en efecto, allí se encontraba la legendaria ciudad, oculta bajo tierra. La investigación pasó por muchas manos hasta su descubrimiento en 1846 por Austen Henry Layard. El gran descubrimiento que hizo el francés fue el del Palacio de Senaquerib, con 71 salas y alrededor de tres kilómetros de bajorrelieves donde se plasmaron en piedra las proezas de esta antigua civilización.

En 2016, el Estado Islámico llevó la destrucción a las puertas del palacio: literalmente, el ISIS demolió con maquinaria pesada las grandes puertas, que después utilizó como contrabando para financiar sus operaciones, vendiendo sus tesoros, hasta la recuperación de Mosul en 2017 por las fuerzas iraquíes.

Ahora, los arqueólogos que trabajaban en la reconstrucción de las puertas de Mashki de la antigua capital asiria han hecho un nuevo descubrimiento: ocho magníficos bajorrelieves y grabados rupestres de hace más de 2.700 años fueron descubiertos entre los escombros. En ellos se representan, principalmente, escenas de guerra de los reyes asirios, en específico del rey Senaquerib, quien se ocupó de la expansión de Nínive.

Las inscripciones, situadas en el yacimiento de Faida, han sido descubiertas en los últimos años por una misión en la que participaron arqueólogos italianos de la Universidad de Udine y sus homólogos de la región del Kurdistán. Los bajorrelieves se remontan a los reinados del rey asirio Sargón II (721-705 a.C.) y de su hijo y sucesor Senaquerib.

Estas tallas seguramente se volvieron a utilizar como material de construcción de las puertas de Maskhi. «Fueron reutilizadas por el nieto del rey para renovar la puerta de Mashki y ampliar la sala de guardia», explicaba el jefe del equipo arqueológico iraquí. «Cuando se usaron en la puerta, se borró el área de las tallas que sobresalían del suelo. Solo la parte enterrada bajo tierra se ha conservado».

Este edificio era una parte clave de la historia asiria y del pasado iraquí, y por ello las tropas del Estado Islámico buscaron su destrucción: borrando el pasado conseguían legitimar su ocupación.

Cuna de las primeras ciudades

Irak fue la cuna de muchas de las primeras ciudades del mundo, centro histórico y, actualmente, una fuente inagotable de datos sobre el pasado, y así lo quieren representar las autoridades del país en este nuevo proyecto en el que pretenden convertir el monumento dañado en un centro de educación sobre la historia de Nínive.

Bajo el fuego de la guerra -aún quedan células del ISIS por el lugar- las labores de recuperación siguen adelante, intentando rescatar los pedazos de la historia que fueron dañados para financiar las actividades terroristas de los fundamentalistas, que pretendían matar dos pájaros de un tiro: conseguir dinero con el contrabando de estas piezas y destruir el pasado que perjudica la expansión de su ideología radical.