El violín que Frida Kahlo le regaló a Leon Trotski en su exilio: un tesoro de 50 millones de euros

«Un hombre sin Patria es como un viejo violín sin cuerdas, espero que muy pronto recupere su Patria y su hogar, su ideal y su lucha y vuelva a ser el director de la Historia mundial. Atentamente, Frida Kahlo». Así reza la inscripción del violín que dedica la artista mexicana a León Trotski tras su idilio romántico durante su exilio en Coyoacán.

Ochenta años después de aquel amor prohibido, sale a la luz esta obra de arte pintada entre 1937 y 1939 fruto de la relación de ambos, y que según los expertos puede alcanzar la cifra de 50 millones de euros en subasta.

El fenómeno de la figura de Frida Kahlo, sumado a la relación con el líder soviético y la muerte que todavía mantiene un aura de misterio, hacen plausible el alcance de esta cifra. El mito de la artista pulveriza los récords en las subastas, y este violín podría sobrepasar con creces el precio de cualquier otra obra iberoamericana, si se consuma su venta. «Un violín pintado a mano, y que además esconde una relación tan apasionante, puede hacer historia», explica el experto en arte Javier Gallego, que ha sido el encargado de analizar la autenticidad del violín.

El violín cuenta con una inscripción dedicada por la parte delantera del instrumento, y en el anverso, con un dibujo de dos mariposas y un sol negro en el centro, en el que se pueden ver la hoz y el martillo comunistas.

Las grandes casas de subastas se disputarán su venta, que previsiblemente recaerá en Sotheby's o Christie's. En cuanto se conozca la existencia del violín, los pretendientes se multiplicarán, entre ellos el Gobierno de México, que está llevando una política de «repatriación del patrimonio mexicano» muy severa.

La corta historia de amor de Trotski y Frida Kahlo terminó con un piolet en la cabeza del primero. La muerte fue obra de un español, Ramón Mercader. Se cree que Mercader estaba bajo las órdenes de Stalin, pero también existe una teoría de que la pintora tuvo algo que ver.