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Activistas de 'Just Stop Oil' tras rociar con sopa de tomate 'Los Girasoles' de Van Gogh

El ecologismo clásico contra los nuevos activistas: «El clima merece algo mejor que esta caricatura imbécil»

La indignación es el sentimiento predominante en todos los sectores y ámbitos de la población, incluido el mismo del que nace

«Just Stop Oil» en Reino Unido, «Ultima Generazione» en Italia, «Dernière Rénovation» en Francia, la Red A22 (financiada, como Just Stop Oil, por el Fondo de Emergencia Climática de Aileen Getty y otros ricos de apellido ilustre, como Rockefeller) o la última organización terrorista del arte en España, «Futuro Vegetal», son los nombres de los grupos que parecen crecer como raíces malas que hasta el propio ecologismo molestan. Un ecologismo «clásico» que ya ha empezado a manifestarse en contra de sus prácticas.

El sábado en Madrid, dos militantes (un varón de 18 años y una chica de 21, que permanecen en comisaria, a la espera de pasar a disposición judicial) pegaron sus manos al marco de pinturas de Goya y pintaron en la pared «+1,5ºC», en referencia a la meta de calentamiento fijado por la comunidad internacional. En París, una decena de militantes de «Dernière Rénovation» bloquearon el tráfico cerca del ministerio francés de Economía, mientras que en Toulouse otros militantes del colectivo interrumpieron por unos 10 minutos un partido del torneo francés de rugby al atarse a las porterías.

En el aeropuerto de Ámsterdam, los activistas bloquearon durante tres horas la zona de estacionamiento de aviones privados. Unas acciones «ecologistas», que la han tomado con el arte, muy lejos de aquellas acciones directas, incluso violentas, del ecologismo de los orígenes. «El clima merece algo mejor que esta caricatura imbécil», dijo el excandidato presidencial verde de Francia, Yannick Jadot, tras el ataque con sopa a Los Girasoles de Van Gogh.

«Catastrófico» atacar piezas de arte

«Hay tanta gente tratando de desacreditar la lucha contra el cambio climático, ¿por qué quieres darle más municiones?», preguntó el politólogo belga François Gemenne. El profesor, quien escribe informes científicos para la ONU sobre el clima, urgió cambios en las acciones al considerar «catastrófico» atacar piezas de arte.

«Estos jóvenes parecen querer asumir el radicalismo y hacer que los radicales de ayer parezcan gente respetable con la que se puede hablar», dice Rupert Read, ex miembro del grupo ecologista «Extinction Rebellion».