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La estatua Now, de Shahzia SikanderTwitter/ Shahzia Sikander

La «demoníaca» estatua que apoya el aborto sobre la azotea de un tribunal en Nueva York

Now (Ahora) es el nombre de la polémica obra que hace referencia a que es «ahora» cuando están siendo atacados los derechos de las mujeres tras revocarse en Estados Unidos el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo

En lo alto del palacio de justicia del distrito Flatiron de Nueva York una nueva estatua (que ocupa el lugar donde antes había una representación de Mahoma, retirada en 1955 por petición de varios gobiernos musulmanes cuya religión impide la representación del profeta: lo contrario que hicieron los dibujantes de Charlie Hebdo) llama la atención primero por su color dorado, tan diferente al gris de los Justiniano o Zoroastro, todos hombres, que la acompañan.

La estatua 'Now' sobre la azotea del Tribunal de distrito Flatiron de Nueva YorkTwitter/ Shahzia Sikander

Se trata de la obra Now, de la multipremiada artista estadounidense de origen paquistaní Shahzia Sikander, realizada en homenaje, según la propia autora, a la juez feminista Ruth Bader Ginsburg y su lucha por el aborto. Sikander afirma que la estatua «es parte de un ajuste de cuentas cultural urgente y necesario en curso, ya que Nueva York, junto con ciudades de todo el mundo, reconsidera las representaciones tradicionales de poder en los espacios públicos y reformula estructuras cívicas para reflejar mejor las costumbres sociales del siglo XXI».

«Mujer feroz»

La artista asegura que ella (la escultura) es «una mujer feroz y una forma de resistencia en un espacio que históricamente ha estado dominado por la representación patriarcal», y que su nombre, Now (Ahora), se debe a que es ahora cuando están siendo atacados «los derechos reproductivos de las mujeres» después de que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos anulara el pasado junio el derecho al aborto. Pero no todo el mundo ve en la estatua a esa «mujer feroz» que define Sikander.

lLa estatua 'Now'Twitter/ Shahzia Sikander

Sobre una flor de loto, la escultura se eleva con sus brazos y pies como tentáculos y sus trenzas rizadas a modo de cornamenta exactamente igual a la imaginería del diablo, con el añadido, a modo de homenaje a la juez Ginsburg, del cuello de encaje que esta solía usar para diferenciarse de los jueces hombres. Esto es lo que han visto muchos ciudadanos, atónitos ante la representación, como la concejal republicana Vickie Paladino: «¿Hubo alguna consulta pública antes de que se instalara un demonio satánico de medusa dorada con tentáculos en lo alto de un juzgado del centro?», dijo en Twitter, y añadió: «¿Quién piensa que esto está bien? ¿Y cómo hacemos para eliminarlo?».

Sikander ha asegurado que otra de sus intenciones era «feminizar» el edificio. Una intención, junto a las otras, que apoya la juez Dianne T. Renwick, la primera jueza negra en la División de Apelaciones, que preside un comité que examina cuestiones de diversidad, quien afirmó que «finalmente tenemos una figura que abraza completamente a las mujeres», después de confesar que ver la estatua dorada al entrar en el edificio al lado de las otras estatuas de los antiguos legisladores masculinos le dio una «sensación de orgullo». El orgullo que no comparten otras mujeres (y hombres) que ven literalmente al demonio en la polémica representación «feminista» y abortista que permanecerá en su pedestal hasta junio, cuando será trasladada a Houston.