Descubierto uno de los pocos bocetos que hizo Miguel Ángel sobre la Capilla Sixtina
El dibujo hecho de tiza roja, (15,7 por 19,3 cm) se ha relacionado con una de las figuras del fresco de la Adoración de la serpiente de bronce
Uno de los pocos bocetos de la capilla Sixtina que ha llegado hasta nuestros días ha sido identificado ahora gracias a un coleccionista europeo anónimo. Este amante del arte, que no ha querido desvelar su identidad, envió una fotografía al catedrático Paul Joannides, una de las máximas autoridades mundiales sobre Miguel Ángel, de un boceto que tenía en su colección. El catedrático identificó la obra como un dibujo de estudio de Miguel Ángel: la imagen que utilizó como preparación para elaborar una de sus obras maestras, el fresco de la Adoración de la serpiente de bronce.
La obra en cuestión se trata de una pequeña pintura del siglo XVI, realizado con tiza roja, de 15,7 por 19,3 cm, que se ha relacionado con una de las figuras que luchan contra las serpientes de la pintura mencionada: una de las pinturas que forma parte de su gran obra maestra, la Capilla Sixtina. Se teoriza que el pequeño dibujo data de 1512, poco antes de que Miguel Ángel finalizase la obra que empezó en 1508.
«Para un artista de la grandeza de Miguel Ángel y la grandeza como dibujante, cualquier nuevo descubrimiento tiene cierto nivel de emoción. Pero este es un dibujo de Miguel Ángel para una de las más grandes obras maestras del arte occidental», ha declarado Joannides quien ha publicado un artículo en la revista académica de arte Burlington sobre el asunto.
La razón por la poca cantidad de bocetos sobre la obra del pintor renacentista cuenta Giorgio Basari (autor de las biografías de los grandes artistas del renacimiento) que es porque «justo antes de su muerte, quemó una gran cantidad de sus propios dibujos, bocetos y caricaturas para evitar que nadie vea los trabajos que soportó o las formas en que puso a prueba su genio, por temor a que pudiera parecer menos perfecto».
La figura del hombre que aparece en el dibujo se muestra desde otra perspectiva en el resultado final. Joannides señala que la pintura está pensada para verse girada unos 90 grados en el sentido de las agujas del reloj y no de forma horizontal como se puede suponer en un principio.
«Miguel Ángel se recordó a sí mismo la orientación final de la figura mediante una secuencia de líneas cortas en el borde derecho, que marcan la vertical cuando se gira la página», explica Joannides en su artículo.
La evolución de su pintura
El boceto adquirido en 2014 por el coleccionista se atribuyó, en un principio, a Ross Fiorentino unos de los seguidores del pintor. Este dibujo demuestra la evolución del italiano en su pintura que fue atravesando varias fases hasta adquirir un estilo más escultórico: sus figuras se hicieron más enérgicas, dinámicas y grandes. «La preocupación de Miguel Ángel era la expresión dinámica, no la fidelidad anatómica», comentaba Vasari en sus biografías.