Se trata de uno de los últimos cuadros del artista, pintado durante su estancia en Auvers-sur-Oise y que, tras ser escondido durante la II Guerra Mundial, terminó siendo llevado a Rusia, donde permanece hoy en día. A modo de curiosidad, varios astrónomos de la Universidad Estatal de Texas calcularon que fue pintado entre las 7 y las 8 de la tarde, debido a la posición de Venus en el cielo.