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El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, promete el cargo ante el ReyEFE

Urtasun radicaliza la iniciativa del 'Prado extendido' mencionando la «descentralización»

El proyecto de la pinacoteca madrileña de ceder sus fondos en depósito a otros museos es una apuesta por fomentar «la presencia, visibilidad y acceso de la colección en todo el territorio español para favorecer su conocimiento y difusión»

El Museo del Prado va a colaborar con más de 270 instituciones en las que hay depósitos de la propia pinacoteca para fortalecer los museos o formar a los profesionales de Patrimonio, entre otras cuestiones como fomentar el vínculo entre españoles o garantizar la conservación de los fondos. Los criterios son científicos y técnicos, según el propio museo. Pero según Ernest Urtasun, el ministro de Cultura, la iniciativa reafirma «la igualdad de las personas».

«Derechos culturales»

El Museo no habla de igualdad y sí de «conocimiento y difusión». Dos conceptos (o tres) completamente diferentes. Mientras el proyecto del Museo del Prado apuesta por la transmisión de sus tesoros en toda España, a la que pertenecen, el ministro reinterpreta esto en clave política e ideológica para llevarla al terreno de la confrontación y el revisionismo con frases como: «... que al conjunto de la ciudadanía se le puedan garantizar unos derechos culturales que sean para todos y que lleguen al conjunto del territorio de nuestro país...».

Unos «derechos culturales» que el ministro ha calificado de «descentralización» sin que el Museo, con sus únicos criterios científicos y técnicos, precisamente reforzando el «carácter nacional», haya hablado jamás de ellos. La «descentralización» como idea política filtrada en el discurso. ¿Un ataque a Madrid del Gobierno? ¿Es la «descentralización» de la que habla el ministro una consigna «cultural» antiAyuso? La bomba está lanzada, o activada, al mismo tiempo que Urtasun ensalza este impulso como «elemento vertebrador de este país», que lo es, no así la «descentralización», que es otra cosa.

¿Ataque al Madrid de Ayuso?

La «descentralización» de la que ya hablaba el exdirector del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel (hoy asesor museístico de la Generalidad catalana), apuntando a la idea de «un museo patrimonial» como «una cosa burguesa que no tiene por qué existir». «El cambio de la visión occidental eurocéntrica, que es en realidad una visión provinciana de un lugar pequeño que se cree universal».

En la simple palabra «descentralización» que pronunció una sola vez el ministro de Cultura en el encuentro de Prado extendido hay toda una inversión que va más allá de los museos y de la cultura. «Afirmar la cultura en el activismo cívico» es otra frase, cuyo autor es el exministro Lasalle: cultura y activismo, cultura y Urtasun, cultura y Gobierno, Museo del Prado y Gobierno, Madrid y Gobierno... Ayuso y Sánchez al final de esta escapada, o Sánchez contra Ayuso (quien ya afirmó que la intención de Iceta, el anterior ministro, a propósito de la descentralización, era «dividir» y «agraviar»), en esta sucesión.

La «descentralización» filtrada

La «descentralización» como mucho más, esa descentralización sugerida, colada, lanzada, filtrada no solamente en el discurso, sino en el buen proyecto del Museo del Prado que nada tiene que ver con esa «descentralización» ideológica, sino con el deseo de ser un «museo verdaderamente nacional», como ha afirmado el director de la institución madrileña, Miguel Falomir, en el acercamiento, en la unión, y no en la politización.