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Entrevista | Javier Sainz de los Terreros

Javier Sainz de los Terreros, el genio detrás de las redes sociales del Museo del Prado

El responsable de las redes sociales de la pinacoteca y la voz detrás de los directos que cambiaron la forma de comunicar en los museos publica ahora Los tesoros del Prado, una selección de obras del Prado, que El Debate recorre de su mano

Cuando el arte sale del ámbito académico (y academicista) y establece un verdadero diálogo con el mundo contemporáneo, ya se trate de un Rubens o de una Marina Abramović, entonces es cuando cumple su verdadera función: la de ser catalizador de la trascendencia a la que está llamado el ser humano.

Eso pensó Javier Sainz de los Terreros cuando hace más de una década llegó al Museo del Prado. Caminando entre Goya, Velázquez, El Bosco y El Greco, el responsable de comunicación digital y de redes sociales de la mejor pinacoteca del mundo se preguntó cómo podría hacer llegar los «tesoros» que él tenía la oportunidad de contemplar cada día al resto del mundo.

'Los tesoros del Prado', de Javier Sainz de los Terreros

Es primera hora, y antes de que el Prado abra sus puertas al público, nos situamos en la Sala 12, frente al gran tesoro del museo: Las Meninas de Velázquez. «Da igual cuántas veces la admires, siempre te deja sin respiración», explica Sainz de los Terreros ante la cámara de El Debate. Los enormes pasillos, casi en sombras, invitan a susurrar: desde las paredes del museo nos observan Las hilanderas, pero también Isabel de Francia, Adán y Eva o La Fortuna.

«Esta es la sala más importante del museo, y aunque parece que Las Meninas es un cuadro que conoce todo el mundo, no es cierto: el mundo es muy amplio», explica «la voz del Prado», que hace directos todos los días de 9:50 a 10:00 h. de la mañana, una iniciativa que le ha reportado un gran número de premios. Pero el fin es uno, y es pedagógico y didáctico: dar a conocer las obras del museo.

«Investigo cada día e intento aportar claves y desvelar misterios de algunas de las obras del Prado, sin dar nada por sentado. Porque uno de los objetivos del museo, además de conservar las colecciones, es difundirlas de la mejor forma posible, y con las redes sociales suponen una herramienta fantástica para ello», continúa el community manager en conversación con El Debate.

En total, el Museo del Prado acumula más de 4 millones de seguidores en sus diferentes perfiles, con una gran presencia en Iberoamérica, y hay vídeos que obtienen miles de comentarios. «El Prado lleva haciendo directos desde 2017, y hay algunos misterios que han supuesto una revolución, como la jarrita que le ofrecen a la Infanta Margarita o la forma especial de Velázquez de firmar algunos de sus cuadros, con una hoja en blanco», desvela el responsable de la comunicación digital del museo.

El Bosco, el gran preferido

Aunque el público realiza preguntas y hace peticiones, siempre hay un gran favorito: El jardín de las delicias, de El Bosco, como señala el autor. «Es una obra que encanta, como también lo son Goya y Velázquez. Pero en general, la gente se deja llevar, quieren disfrutar y ver cómo les sorprende el museo cada día. A veces pasas de largo de un cuadro y de repente descubres los secretos que encierra».

Javier Sainz de los Terreros, durante su entrevista con El DebateMiguel Pérez

Para el autor de Los tesoros del Prado fue «doloroso» escoger solo 25 obras en un museo que cuenta con más de 27.000 objetos artísticos. «No son quizá 'las mejores obras del Prado', pero sí reflejan el trabajo diario que hacemos en redes sociales y que ha apoyado la institución desde el primer momento», continúa Sainz de los Terreros. Más de cien fotografías entre obras completas y detalles ilustran los veinticinco capítulos en los que ofrece una visión cercana, cargada de anécdotas, curiosidades y claves para aprender a mirar una obra de arte, al estilo de los vídeos en directo que el museo realiza cada mañana.

El lavatorio, de Tintoretto; La gallinita ciega, de Goya; El paso de la laguna Estigia, de Patinir; la copia de la Mona Lisa realizada por el taller de Leonardo da Vinci, o uno de los preferidos del autor, La Adoración de los Magos, de Rubens, son ejemplos de lo que el lector podrá encontrarse en el libro.

«Algunos artistas repiten modelos en sus obras. Por ejemplo, el Santo Tomás de Rubens se convierte en el rey Melchor en La Adoración de los Magos. Estas son algunas de las historias que se pueden encontrar en el libro Los tesoros del Prado, curiosidades y misterios que pocos conocen o que no te da tiempo a percibir cuando vienes a hacer una visita acelerada», concluye el autor del libro.