Cinco grandes obras de Miguel Ángel en su aniversario
El genio florentino que murió hoy hace 460 años es uno de los artistas universales de la Historia. Un virtuoso creador que alcanzó todas las disciplinas del arte a una altura superior
Miguel Ángel Buonarotti solo tenía 26 años cuando se fijó en el bloque de mármol de Carrara al que llamaban «El gigante». El bloque de cinco metros estaba abandonado en un patio de la catedral. El genio de Caprese ya había visto su David en esa masa informe, y para que no lo viera nadie más, lo encerró entre paredes mientras esculpía su visión. Tardó cuatro años en terminarlo y fue realizado para ser mirado desde distintas perspectivas, ninguna de frente. Su cabeza grande contrasta con el resto de su cuerpo, cuyas proporciones se empequeñecen hacia abajo para que la figura sea observada desde el pie, donde adquiere la perfección buscada y lograda.
El Moisés (1515)
Dicen que cuando Miguel Ángel lo terminó le golpeó en la rodilla y dijo: «¿Por qué no me hablas?». Fue la demostración del orgullo por la obra conseguida. Una superación detallista (y de mucho menor tamaño) del David. Lleno de tensión física y dramática, es un ejemplo de lo que el Papa Julio II (para cuya tumba estaba concebido el Moisés como parte del conjunto escultórico) llamó «terribilitá» como el mismo pontífice definió el carácter irascible del artista.
La creación de Adán (1511)
El fresco más famoso de los techos de la Capilla Sixtina. Representa el libro del Génesis, cuando Dios da vida al hombre. Cuatro años pasó subido entre andamios, pintando tumbado, Miguel Ángel. Dios a bordo de un cerebro o incluso un útero por la forma. El hombre, Adán, lánguido, inocente, musculoso, y la imagen eterna del dedo creador.
La cúpula de la Basílica de San Pedro por fuera y por dentro
La cúpula más alta del mundo mide casi 137 metros desde el suelo hasta la parte superior de la cruz que la encumbra. Miguel Ángel se inspiró en la cúpula del Panteón de Agripa y en la de la catedral de Florencia, de similares dimensiones en diámetro. El genio florentino fue el responsable de su diseño y construcción (solo llegó a ver construida la base) desde 1547 hasta 1564, cuando murió y le sustituyó su discípulo Giacomo Della Porta, quien la terminó en 1590.
La Piedad (1499)
Al contrario que el David, la Piedad está realizada para ser contemplada desde todos los ángulos. El contrato entre Miguel Ángel y el cardenal de Saint Denis estipulaba que la obra debería estar lista antes de un año. Al artista le sobraron dos días, pero al cardenal no le dio tiempo a contemplar su presuroso encargo. Es la única obra firmada del artista, una particularidad debida a que, debido a su juventud (solo tenía 24 años) muchos dudaron de que él fuera su autor. En un arranque de furia cinceló su nombre en la banda que recorre el pecho de la Virgen, donde se puede leer: «Michael A[n]gelus Bonarotus Florent[inus] Facieba[t]» («Lo hacía Miguel Ángel Buonarroti, florentino»).