Notre Dame enfila el polémico camino del cambio de sus vidrieras por otras modernas apoyado por Macron
El concurso ya está en marcha cinco años después del incendio, con vistas a que las nuevos vitrales luzcan (en modelos hasta su instalación definitiva en 2026) en la inauguración prevista de la catedral el próximo diciembre
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, respalda la idea de sustituir seis vidrieras de Notre Dame por otras más modernas. El pasado enero una petición de más de 120.000 firmas lanzada por el historiador y crítico de arte Didier Rykner: «Las vidrieras de Notre Dame diseñadas por Viollet-le-Duc fueron creadas como un todo coherente. El arquitecto quiso ser fiel a los orígenes góticos de la catedral», escribió el fundador de la revista La Tribune de l’Art.
«Marca del XXI»
Dichos vitrales proceden de la restauración que se produjo en la catedral en el XIX. Las vidrieras que se van a sustituir se trasladarán al museo que el mismo Macron anunció que se construiría cerca de Notre Dame, donde se contará su historia. Las nuevas vidrieras las realizará el artista contemporáneo ganador del concurso público que se va a convocar para añadir a la herida y manoseada catedral una «marca del XXI» a poyada por la propia Iglesia francesa.
De hecho fue el propio arzobispo de París, Laurent Ulrich, quien expresó a Macron su deseo de que el Estado encargase «una serie de seis vidrieras para las capillas laterales sur de la nave». Rykner tachó de vandalismo la idea y afirmó que no existían motivos razonables para sustituir las vidrieras originales por otras modernas: «Son parte integrante de la obra del arquitecto y sobrevivieron al incendio. Retirarlos dañaría el equilibrio de la luz», escribió en un artículo.
Apertura del concurso
Pero el concurso ya está en marcha cinco años después del incendio, con vistas a que las nuevos vitrales luzcan (en modelos hasta su instalación definitiva en 2026) en la catedral en la inauguración prevista para el próximo diciembre. La ministra de Cultura, Rachida Dati, anunció hace unas semanas la apertura del proceso de selección de los artesanos que diseñarán los nuevos vitrales y noviembre será el mes en que se anuncie el ganador.
Una vieja polémica que alcanza a Notre Dame a través del tiempo que con frecuencia se ha pretendido reflejar por períodos en la catedral, como si urgiera plasmar la modernidad en un edificio que va camino de cumplir el milenio desde que se empezó a construir durante dos siglos, a los que hay que sumar sus constantes remodelaciones, restauraciones y adiciones con el paso de los siglos. Las últimas de ellas las nuevas vidrieras en proyecto, mientras las antiguas, o más bien sus defensores, tiemblan ante lo que les parece una mudanza caprichosa y, nunca mejor dicho, fuera de lugar.