Ideología hasta en ‘El Jardín de las Delicias’: el Prado adoctrina a estudiantes en ecologismo
El Museo del Prado utiliza la obra de El Bosco para «empoderar» a estudiantes en ecologismo y sostenibilidad
Una visión sarcástica de la sociedad de la época, una interpretación de la pérdida de la inocencia tras la irrupción del pecado original, una visión idealizada del destino de la humanidad…
Entrevista al filósofo José María Barrio Maestre
«El fenómeno anglosajón de la cancelación se está contagiando por todo occidente»
Las interpretaciones de El Jardín de las Delicias, de El Bosco, son muchas. Pero lo que seguro que el pintor Jheronimus van Aken, El Bosco, no quiso expresar con su obra cumbre en 1500 es una defensa del ecologismo, un llamamiento a la sostenibilidad y una promoción de la defensa del medio ambiente para empoderar al espectador.
Sin embargo, el tríptico custodiado y expuesto en el Museo del Prado se ha empleado como excusa para adoctrinar a estudiantes de Madrid en ecologismo y sostenibilidad y que, tras la actividad, se sientan empoderados gracias a sus nuevos conocimientos. Es decir, a su adoctrinamiento.
En colaboración con las compañías CrossBorder y Basurama, la pinacoteca madrileña ha organizado «un juego» para estudiantes con el objetivo de que los menores puedan formarse en ecologismo y sostenibilidad, así como dotarse de un pensamiento crítico a la hora de enfrentarse a un proceso creativo.
Por medio de este juego que tiene como hilo El Jardín de las Delicias, alumnos de Madrid reflexionarán y descubrirán «cuáles serán los refugios futuros y los espacios de cuidado mutuo que necesitamos fomentar, cuidad o construir», se informa en la web del Museo del Prado.
Lo que no se explica es de qué hay que refugiarse, qué se quiere decir con cuidado mutuo o cómo se fomenta, cuida y construye dichos espacios.
La finalidad del juego es que los alumnos lleguen a una casilla final «donde los participantes llegan empoderados» tras adquirir «conocimientos de ecologismo y sostenibilidad».
Antes, sin embargo, los estudiantes deberán parar «por diferentes misiones, dinámicas, preguntas y retos colectivos» por medio de los cuales analizarán sus «cuerpos, emociones, composiciones espaciales y lugares que se hallan en la pieza».
El juego se sirve del teatro, documental y danza para construir un juego donde se plantea la siguiente pregunta a los niños: «¿Cómo es posible cuidar mi cuerpo, el de otros y el espacio que habitamos?».
El juego, según se señala en el mismo sitio web, pretende hacer «emerger las historias concretas de cada participante y que conecte con sus realidades».
Esta actividad se inscribe en el programa Deslizar, dentro de la iniciativa PradoEducación que la pinacoteca lleva a cabo junto con la Fundación Art Explora y la colaboración de la Comunidad de Madrid.