El gran vidrio, en la frontera entre la pintura y la escultura, es una obra inclasificable en la que se emplea una lámina de vidrio como lienzo. La obra, que representa a una novia y sus pretendientes, se rompió en varios trozos durante un traslado. Tras recomponerla en un marco metálico, Duchamp la dio por concluida fascinado por las formas creadas a partir del vidrio quebrado. Nueve moldes málicos es uno de los estudios elaborados por Duchamp para preparar la composición final de El gran vidrio.