Fundado en 1910

Pintura 'L’Attente du retour des pêcheurs', de MonetFundación Mapfre

Paul Durand-Ruel y su círculo de impresionistas: el arte rompió sus ataduras y se hizo moderno

Una cuidada selección de obras que revela cómo la perseverancia del mecenas convirtió un movimiento rechazado por la crítica en una corriente globalmente conocida

La exposición Paul Durand-Ruel y los últimos destellos del impresionismo, organizada por la Fundación Mapfre, es una oportunidad excepcional para adentrarse en el mundo del impresionismo desde una perspectiva inédita: la de su principal mecenas.

Paul Durand-Ruel, más allá de ser un simple galerista, fue el visionario que apostó por este movimiento cuando pocos lo compendian. A través de su apoyo algunos artistas, como Albert André, Gustave Louiseau o Henry Moret, lograron revolucionar el arte y redefinir la percepción visual de la realidad.

El impresionismo surgió en un contexto de transformación social y política en Francia durante la segunda mitad del siglo XIX. Con la caída del régimen de Napoleón III y el establecimiento de la Tercera República, el país atravesaba un periodo de cambio. La industrialización y la modernización de las ciudades, en particular París, ofrecían nuevas experiencias visuales que inspiraron a los artistas.

Montmartre desde el Boulevard parisino de Clichy, por Albert AndréFundación Mapfre

Frente a un arte oficial que continuaba siendo académico y conservador, los impresionistas propusieron una estética que rompía con las convenciones, capturando momentos fugaces, la luz y el color en escenas de la vida cotidiana.

Durand-Ruel fue clave en la promoción de este movimiento, en un momento en que el gusto público y la crítica eran reacios a aceptarlo. El arte impresionista encarnaba la tensión entre tradición y modernidad, reflejando un mundo que cambiaba rápidamente.

Nuestro protagonista, Paul Durand-Ruel (1831-1922), comenzó su carrera en el negocio familiar de venta de arte; fue su encuentro con los pintores de la Escuela de Barbizon lo que marcó su inclinación por los artistas innovadores.

Aunque la crítica y el mercado no favorecían inicialmente a estos creadores, el mecenas organizó exposiciones en París, Londres y Nueva York, buscando internacionalizar su obra y atraer a coleccionistas.

Una estación parisina vista por Georges d’EspagnatMusée D'Orsay

A lo largo de su vida, Durand-Ruel adquirió miles de obras impresionistas, arriesgando su fortuna personal en numerosas ocasiones para sostener a los pintores en los momentos más difíciles.

Lo que distingue a esta exposición es la atención que se presta al papel de Durand-Ruel como mecenas de los impresionistas. A menudo, las exposiciones sobre el impresionismo se centran exclusivamente en la estética de las obras y los artistas, pero en este espacio artístico, se pone de relieve la interrelación entre el arte y el mercado.

Durand-Ruel entendió que el arte requería una promoción activa, no solo dentro de las galerías, sino también en el extranjero.

La exposición incluye correspondencia personal, contratos y documentos que muestran cómo articuló su estrategia para impulsar la obra de sus artistas. Esta aproximación no solo resalta la genialidad de los pintores, sino también la importancia de las dinámicas socioeconómicos que les permitieron prosperar.

Al inicio del recorrido, una introducción plasmada en la pared permite contextualizar de manera clara el periodo, permitiendo impregnarse del movimiento.

La exhibición está organizada en varias secciones, cada una dedicada a un artista específico que trabajó bajo el apoyo de Durand-Ruel. Figuras como Georges D'Espagnat, Albert André, Gustave Loiseau, Henry Moret y Maxime Maufra, algunos menos conocidos que los grandes nombres del impresionismo, reciben aquí́ su merecido protagonismo.

Este enfoque permite apreciar la diversidad de estilos dentro del propio impresionismo y cómo cada artista aborda la pincelada. Por ejemplo, Henry Moret y Maxime Maufra destacaban por sus paisajes marinos y rurales, donde se podía apreciar el protagonismo de la naturaleza.

En cambio, otros como Gustave Loiseau, se decantaban por la captación de la luz en las ciudades que se encontraban en plena industrialización. Como el recorrido se encuentra dividido por autores, se facilita una comprensión más profunda que además puede completarse con la audioguía disponible.

Otro detalle que no pasa desapercibido es la ornamentación de los marcos de los cuadros, ricamente decorados. Estos, no solo cumplen una función protectora, sino que en muchos casos resaltaban visualmente las obras de una manera que añadía al esplendor general de la exposición.

Asimismo, los colores de las paredes son un recurso expresivo en sí mismo. En las primeras salas, un azul noche crea una atmósfera más íntima; pero en un punto, las paredes se tornan de un rojo vibrante que aviva la energía de las obras expuestas. Esta transición cromática refleja el deseo de involucrar todos los sentidos del espectador, creando un clima dinámico.

Paul Durand-Ruel y los últimos destellos del impresionismo ofrece una visión integral no solo del movimiento, sino también del gran mecenas que lo hizo posible. En un tiempo en que los artistas dependían del favor de instituciones oficiales y coleccionistas, Durand-Ruel abrió un nuevo camino, demostrando que el arte moderno podía prosperar fuera de los circuitos tradicionales.

Esta exposición invita a reflexionar sobre cómo los cambios en las estructuras económicas y sociales pueden redefinir la historia del arte. Esta es una visita esencial tanto para los amantes del impresionismo, como para aquellos interesados en los entresijos del mundo del arte. Con todo, no es necesario ser un experto para poder disfrutar de esta gran exposición que estará abierta hasta el 5 de enero de 2025.

Ficha técnica:

Título: Paul Durand-Ruel y los últimos destellos del impresionismo.

Lugar: Fundación Mapfre. Paseo de Recoletos 23, Madrid.

Fechas: 19/09/2024 – 05/01/2025.

Comisaria: Claire Durand-Ruel Snollaerts.