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Detalle de la portada. «Elogio de la Edad Media. De Constantino a Leonardo» por Jaume Aurell

Detalle de la portada. «Elogio de la Edad Media. De Constantino a Leonardo» por Jaume Aurell

Ensayo / Historia

Pensar la Edad Media en tiempos de pandemia: una época digna de elogio

El catedrático y medievalista Jaume Aurell presenta un breve ensayo donde recoge los principales personajes y procesos del Medievo occidental para mostrar la grandeza de esta época tan denostada desde el siglo XVIII

Detalle de la portada. «Elogio de la Edad Media. De Constantino a Leonardo» por Jaume Aurell

Rialp / 274 págs.

Elogio de la Edad Media. De Constantino a Leonardo

Jaume Aurell

La Edad Media es, sin duda alguna, el periodo histórico más denostado. La misma denominación «Edad Media» contiene un evidente matiz peyorativo que hace referencia a una etapa transitoria, de paso, que carece de entidad por sí misma. Esto es precisamente lo que Jaume Aurell, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Navarra, rechaza de plano en su Elogio de la Edad Media. De Constantino a Leonardo. Y ¿cuál ha sido el acicate que ha movido al profesor Aurell a escribir este ensayo? El periodo de confinamiento del pasado año 2020 (ese que todos, inconscientemente, ya hemos borrado del cómputo). Efectivamente, como señala el autor en el extraordinario epílogo («Legado») al volumen, «hemos tenido que sufrir también una plaga» para darnos cuenta de que la única manera de combatir esta pandemia cuando se carecía de vacuna o de métodos de diagnosis masivos, «es una práctica medieval: la cuarentena […]. Y utilizamos los mismos mecanismos que fueron utilizados en la Edad Media: el confinamiento y la distancia social».

Pero no es este un libro sobre pandemias ni plagas en la Edad Media, sino la otra cara de la moneda: un elogio («alabanza de las cualidades y méritos de alguien o de algo» según la RAE) mediante el cual el autor quiere contribuir «a generar un mayor aprecio por esta época de contrastes, pero también llena de originalidad y de inspiración», haciendo un alegato en favor de la primera, y rechazando siempre las etiquetas «pre-» (prerrenacentista, premoderno, etc.) tradicionalmente aplicadas a los principales personajes que tan grande hicieron a este periodo en Occidente. No se presentan, por tanto, novedades metodológicas, ni nuevas teorías, ni crítica a la investigación, no, estos tampoco son los objetivos. Es, más bien, una muestra, un magnífico estand que, como la tienda de dulces más sugerente expone sus productos, es decir, todo cuanto tuvo origen en la Edad Media (teniendo en cuenta siempre la tradición anterior) y que se nos enfanga interesada y constantemente mediante teorías que han terminado calando en la mentalidad general y que asocian el calificativo «medieval» al tenebrismo y al oscurantismo («hambruna medieval» era el término que utilizaba recientemente un conocido historiador español en un documental al referirse a una hambruna del siglo XX, obviando hambrunas auténticamente terroríficas y más cercanas en el tiempo como las de la Rusia soviética en 1921 y 1932, o la de la República Popular de China en 1959).

Así, el ensayo se desarrolla en apenas 230 páginas en las que el autor recorre la friolera de once siglos (IV-XV), por lo que no espere el lector demasiada profusión en todos los temas que se exponen. Esto lo señala el propio autor al comienzo de la obra: «Este ha sido el reto de este libro: la ponderación. He intentado escribir un breve relato de la época medieval». El marco espacial: Occidente; el cronológico: los siglos IV a XV. Dicho esto, la estructura del contenido se ordena cronológica y temáticamente mediante la utilización de una estructura en «Actos», cual obra teatral, divididos a su vez en «Escenas». El Acto I, denominado «Actores», lo dedica el autor a los protagonistas del periodo que va del año 300 al 1000, cuyo sentido radica en la individualidad y en los orígenes: Constantino, Clodoveo, Justiniano, Mahoma, Carlomagno y Hugo Capeto, correspondientes a las Escenas 1 a 6. Mediante el acercamiento a estos grandes personajes, el autor se asoma a cada uno de sus marcos –la Roma tardía, el nacimiento y la expansión del islam o la corte carolingia entre otros– para mostrar al lector una instantánea de cada momento. En el Acto II, o los «Coros», se encuentran los grupos protagonistas del periodo entre el año 1000 y el 1300, donde la individualidad de los orígenes da paso a las colectividades y su desarrollo: Guerreros, Clérigos, Intelectuales, Feudales, Reyes y Mendicantes dan nombre a las Escenas 7 a 12. Por último, el Acto III, llamado «Escenarios», abarca el periodo de 1300 a 1450, cuyo objetivo es comprender los principales procesos de cambio de esos últimos 150 años apoyándose en la estructura de la Comedia de Dante: Muerte, Infierno, Limbo, Purgatorio, Paraíso y Tierra. Pero aquí no acaba todo: el epílogo, con el título «Legado», pone la exquisita guinda a un pastel que no por conocido deja de resultar sumamente sabroso.

La titánica capacidad de síntesis demostrada en el presente volumen por el profesor Aurell es genialmente rematada por una (a nuestro parecer) preclara reflexión final: «Cada época es única e irrepetible, entre otras razones porque la historia, en realidad, nunca se repite». Es necesaria, pues, «una labor de paciente análisis y de aguda profundización en tiempos pretéritos. Esto nos posibilitará comprender cómo y por qué las cosas sucedieron de un modo determinado, y tratar de sacar nuestras propias conclusiones para el presente […] con una verdadera actitud de comprensión y asimilación más que de enjuiciamiento o resentimiento».

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