Qué fue de Occidente

Hace apenas un siglo era evidente para cualquier habitante medianamente informado del planeta que Europa era el centro cultural, político y económico del mundo conocido y que la cultura occidental era la referencia civilizadora. ¿Qué ha pasado para que, en un tiempo tan breve en perspectiva histórica, Europa se haya convertido en un espacio político escasamente relevante y que hayamos asumido el inexorable declinar de la cultura occidental? Más aún, ¿cómo es posible que en el arranque de este nuevo cambio de época Europa aparezca distraída, ensimismada, sin afrontar los auténticos retos de nuestro tiempo?

Los estantes de nuestras librerías, físicas o virtuales, están repletas de volúmenes altamente especializados, que nos ayudan a avanzar en aspectos concretos: diplomacia, defensa, física de fusión o informática cuántica, por poner algunos ejemplos. Sin embargo, no es fácil, y mucho menos en castellano, encontrar un libro que trate de explicar el intenso proceso de transformación que está viviendo el planeta y el papel que Europa quiere o puede jugar en él. 

Se requiere un enfoque interdisciplinar, algo que un mundo apegado a la especialización trata de evitar por no caer en el pantano intelectual de la tertulia radiofónica o de café. Sin embargo, las aproximaciones especializadas nos aportan una visión limitada, por muy profunda y precisa que sea. La clave de la experiencia que estamos viviendo está en la interconexión de realidades muy distintas. O tratamos de realizar una aproximación trasversal o no lograremos la necesaria visión de conjunto para entender dónde se encuentra Europa en estos momentos.

Sólo desde una sólida formación y con la experiencia de los años es posible afrontar un cometido semejante. Emilio Lamo de Espinosa, catedrático, académico y, hasta hace poco tiempo presidente del Real Instituto Elcano, lo ha hecho. Su trabajo ha merecido el Premio Espasa 2021 y su lectura no defraudará, tanto por la calidad de la prosa como por el interés de sus enfoques y análisis. 

«El declive de Occidente», subtítulo de esta obra, adelanta parte de su conclusión.

No es una sorpresa para los que seguimos el debate español sobre estos temas. Lamo de Espinosa, junto con otro veterano de intensas y variadas vivencias, me refiero a Josep Piqué, viene realizando sugestivas aportaciones desde tiempo atrás. Como él mismo reconoce en el comienzo del prólogo, el libro viene a recoger, como síntesis, cuatro lustros de trabajo en el Real Instituto Elcano. Lecturas y seminarios de temas muy diversos convergen generosamente en estas páginas, aportando documentación, debates, hipótesis y dudas sobre cómo pueden evolucionar los acontecimientos a la vista de las actuales tendencias. El futuro siempre está por escribir, pero entender la naturaleza de los problemas ayuda mucho y ese es el objetivo último de este libro.

Lamo sitúa a Europa frente al espejo de una nueva sociedad internacional.

El título apunta la línea argumental: la vieja y ensimismada Europa entre dos grandes potencias, Estados Unidos y China, que quieren ganar la IV Revolución Industrial para poder ejercer su hegemonía en las próximas décadas. Una Europa atrapada en una tensión que va más allá de lo diplomático y militar, pues ya nadie duda de que el poder se asentará en la ciencia y en la tecnología. No podemos comprender Europa sin entender el nuevo contexto internacional. No podemos valorar el comportamiento de los europeos sin contrastarlo con el del resto de los habitantes del planeta, en especial con el de las regiones más abiertas a los nuevos procesos. Lamo sitúa a Europa frente al espejo de una nueva sociedad internacional.

Todo cambio de época tiene un enorme atractivo. Sabemos que asistiremos a formidables avances científicos, que en algunos casos harán mucho más fácil y atractiva nuestras vidas. Pero todo cambio implica tensiones que no siempre sabremos reconducir. Más aún, no todas las sociedades tienen la iniciativa, la energía, el interés por su propio futuro, necesarios para afrontar con decisión una circunstancia histórica como la presente. «El declive de Occidente», subtítulo de esta obra, adelanta parte de su conclusión.

Lo realmente interesante de esta obra es la pluralidad de enfoques. Lo podemos etiquetar de arrojo o valorar como un ejercicio ético. En realidad, o somos capaces de integrar en un único análisis el conjunto de procesos que estamos viviendo o asistiremos desde la perplejidad a un proceso de cambio radical que se llevará por delante mucho de lo asu-mido y reconocido, para dar paso a un nuevo tiempo. Más nos vale tener una visión de conjunto para poder ser algo más que espectadores de estas formidables trasformaciones