«Qué hay de nuevo, Chesterton». Conversaciones con el genio británico

Hace más de dos décadas se constató en España un renacimiento editorial de la obra de Chesterton. Y ahora podemos celebrar que ese interés sigue vivo. No sólo sus célebres novelas (El hombre que fue jueves, Manalive, El Padre Brown…), sus ensayos, artículos, biografías y libros de viajes; sino que, además, en los últimos años, se han añadido a estas categorías distintas obras que analizan y acercan su inagotable genio. En este sentido, es de justicia señalar Un buen puñado de ideas (una selección temática de aforismos de Chersterton realizada por Enrique García-Máiquez y Luis Daniel González) o Chesterton de pie (María Isabel Abradelo de Usera y Pablo Gutiérrez Carreras).

Y es que a Chesterton hay que leerlo lento, poco a poco. Luego él es muy caritativo, porque después de un par de páginas dando vueltas y despistando, suele encerrar en una frase la idea que quería transmitir. Pero mejor si viene después alguien y ayuda en este camino de encontrar los tesoros que guarda GKC, porque otra de las alegrías que nos ha dado en nuestro país su lectura han sido las variadas formas de «alegres cofradías» que se han organizado entorno a su obra (como por ejemplo el Club Chesterton de la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria, el club Chesterton en Granada o el Centro de Estudios y Documentación GK Chesterton en Barcelona).

Esta es la intención de Ricardo Moreno con Qué hay de nuevo Chesterton. Conversaciones con un genio. Habla en la introducción claramente de amistad con Chesterton. Esto es algo maravilloso, tratar como amigos a los grandes autores (pienso por ejemplo en José Jiménez Lozano que también utiliza mucho este concepto de la lectura como vía para la amistad). Y Moreno nos hace partícipe de sus conversaciones imaginarias con Chesterton. Esta fórmula ya la ejercitó José Ramón Ayllón en una «entrevista» titulada «Filosofía del humor y la cerveza» (en el referido Chesterton de pie).

Ahora Ricardo Moreno ha tenido la audacia de elegir una variedad de temas (Intelectuales y otras hierbas; Dinero, lujos, y otras cosas superfluas; Literatura, libros y lectores; Pasado, tradición y novedades…) y de imaginar qué le habría preguntado sobre ellos a Chesterton. Claro, con la ventaja de que un buen lector sabe por dónde iría, lo que hace aún más valiosas las preguntas que ha imaginado. En cada «respuesta» de Chesterton señala de qué texto están sacados (todos ellos son traducciones del propio Moreno), aunque de vez en cuando le llega a decir a su interlocutor que no recuerda donde dijo algo, o le hace decir alguna muletilla, para simular y dar verosimilitud a la conversación.

Por último, el libro añade un glosario de nombres utilísimo que convierte a este libro en herramienta para todo chestertoniano.

Tiene además una edición muy cuidada de Fórcola (bonitas páginas de cortesía a modo de guardas, el genial detalle de colofón con la cita de Eugenio D’Ors sobre Chesterton, o el formato manejable) y un prólogo del siempre interesante Ignacio Peyró que brinda por la audacia de Ricardo Moreno.

Qué hay de nuevo, Chesterton es un libro de una lectura de un gran lector que tiene el deseo de suscitar a los demás esa misma experiencia.