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Portada de «La sabiduría de las multitudes» de Joe Abercrombie

Portada de «La sabiduría de las multitudes» de Joe AbercrombieRunas

«La sabiduría de las multitudes». El final de una trilogía indispensable

Joe Abercrombie cierra su trilogía La era de la locura con una extraordinaria alegoría del terror de la revolución, la opresión del totalitarismo, las contradicciones de la democracia y el gobierno de los necios.

El gran fenómeno editorial ocurre cuando empiezas la última novela de tu autor favorito y ya echas de menos la siguiente; cuando haces cola el día del lanzamiento para no quedarte sin tu ejemplar; cuando madrugas más que el librero y abres tú la tienda; cuando compras en preventa medio año antes de que entre en imprenta. Pues bien, el gran fenómeno editorial de esta temporada es Joe Abercrombie.

Los hay que han contado los últimos meses del tiempo de descuento así: enero, febrero, Abercrombie, abril. El próximo 10 de marzo, lord Grimdark pone punto y final –¿o punto y aparte?– a su saga El Círculo del Mundo, una decalogía que dio comienzo hace 16 años e incluye dos trilogías (La primera ley y La era de la locura), tres novelas autoconclusivas (La mejor venganza, Los héroes y Tierras Rojas), y un volumen de relatos (Filos mortales).

El final lo pone La sabiduría de las multitudes, tercera entrega de la trilogía La era de la locura, la serie más acabada y sobresaliente del grimdark, la expresión más violenta, amoral, oscura, cruel y cualquier sinónimo de «cruel» del género fantástico. Sin duda, también la trilogía que termina de consagrar a Joe Abercrombie, y la llamada definitiva para leerle.

Por qué leer a Joe Abercrombie

Hay al menos cinco razones por las que un lector de género debe leer a Abercrombie. Las mismas por las que todos los lectores, sin distinciones, deben respetar su obra.

1. En la era de lo políticamente correcto, Abercrombie representa con realismo y con toda su crudeza lo peor y lo mejor del ser humano (sobre todo lo peor). Sin pelos en la lengua y sin concesiones buenistas.

2. La cosmovisión de su mundo fantástico refleja a la perfección los excesos del racionalismo y del cientificismo en los que desemboca el siglo XXI. Los habitantes del Círculo del Mundo componen una sociedad nihilista, desilusionada, que no cree ni espera nada de sí misma.

3. Las decisiones de los héroes que protagonizan sus novelas son un fiel reflejo de los contravalores de la política de nuestros días: egoísmo, traición, mentiras.

4. Es el mejor narrador de batallas y acción de nuestros días.

5. Todavía puede rastrearse en sus obras un atisbo, anhelo o inquietud de trascendencia.

—¿De verdad aún puedes creer en Dios? ¿Que todo esto forma parte de algún grandioso plan? ¿Que significa algo?

—¿Cuál es la alternativa? ¿Creer que no significa nada?
Joe Abercrombie, «El problema de la paz» (La era de la locura II)

Teoría política desde la ficción

La sabiduría de las multitudes es el final que tocaba para la serie literaria de mayor trasfondo político y social de Abercrombie, quizá también la de mayor y más evidente trasfondo político y social del género. Por momentos, o sin los momentos, se convierte en un apasionante tratado de teoría política desde la ficción.

Si en la primera parte, Un poco de odio, asistíamos a los avatares de la revolución industrial –el advenimiento de la máquina, los abusos del gran capital, las protestas obreras, etc.–, y en la segunda, El problema de la paz, Abercrombie emulaba las intrigas parlamentarias, el ruido de sables, y otras puñaladas por la espalda de la política, la tercera es una extraordinaria alegoría de las formas y deformidades políticas de la historia reciente. El terror de la revolución, la opresión del totalitarismo, las contradicciones de la democracia y el gobierno de los necios. Todo queda retratado con inteligencia, acierto, y muy mala leche.

Esta tercera parte no ofrece las emociones de los comienzos; se entiende que hay poco nuevo que descubrir ya en cuanto a los personajes y al devenir de los acontecimientos. Tampoco causa el efecto de la cuadratura del círculo del segundo tomo, donde la trama llega a un desenlace cuya habilidad para hacer del lector un amasijo ojiplático de nervios es inigualable –supondrá un hándicap para el propio Abercrombie superar esto–.

Pero las trilogías se escriben pensando en el conjunto, y este final cierra en redondo el proceso revolucionario iniciado en el primer volumen de la saga, desvelando la farsa gatopardiana de toda transformación social radical ejercida mediante la violencia. Que todo tiene que cambiar para que todo siga igual, que a la revolución le siguen los excesos del terror, y que al terror le sigue la restauración. Que los buenos corazones acaban por palmarla, pero su sacrificio e ideas –a veces– permanecen. Que los muchos no siempre son más inteligentes que los pocos, y que solo esos pocos están llamados a comprender una naturaleza humana que no cambia. Pocas veces la fantasía nos ha dado tanto y tan bueno.

Portada de «La sabiduría de las multitudes» de Joe Abercrombie

runas / 744 págs.

La sabiduría de las multitudes

Joe Abercrombie

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