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5 libros que deberían leer todos los políticos españoles

Es difícil recomendar lecturas a políticos al menos por dos razones. La primera, y más importante, es porque los políticos no deben tener como principal virtud la capacidad intelectual, sino el sentido común. Por experiencia, no me fiaría más de un profesor de Ciencias Políticas que de un empresario de éxito sin estudios. La prudencia, la conciliación, el don de la oportunidad, saber renunciar a verdades abstractas, la empatía y otras tantas virtudes prácticas no se aprenden leyendo. La segunda dificultad reside en que solemos dar por supuesto que los políticos no leen, cuando la realidad es que, al menos los que yo conozco, están mucho más leídos que la mayoría de los que los critican por no leer. Lo cual nos lleva al principio de la argumentación: quizás el problema no es que no lean.

Dicho lo anterior, me atrevería a recomendar este breve itinerario lector por riguroso orden:

1. El racionalismo en la política

La política se suele volver tiránica más por la presencia de muy buenas ideas, que por ausencia de estas. El siglo XX ha estado lleno de políticos con grandes programas sobre lo que debería ser la humanidad y cuál debería ser el sentido de la historia, y por eso ha sido también el siglo de los totalitarismos. Michal Oakeshott explica algo que, no por elemental, deja de ser olvidado: la política es una ciencia práctica y no teórica. Como el cocinero, el político no es el que se sabe las recetas de memoria, sino el que tiene experiencia entre los fogones. Solo por su prevención anti intelectualista merece mucho la pena leer este ensayo.

«El racionalismo en la política» de Michael OakeshottFondo de Cultura Económica, 181 págs.

2. El hombre que plantaba árboles

La literatura es tan necesaria, o más, que la filosofía, para comprender la política, puesto que la cuestión no es aclarar una idea, sino una experiencia que se desarrolla a lo largo de un proceso. En este precioso relato que discurre entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, un hombre sencillo, golpeado por la dureza de la vida, se retira a un paraje desértico. Allí se establece y, con una tenacidad más propia de los dioses que de los hombres, selecciona semillas y planta árboles año tras año, hasta que consigue devolver la vida a un lugar inhóspito. Es una gran enseñanza sobre cuál es la naturaleza de la acción política y qué es lo que construye la vida humana.

«El hombre que plantaba árboles» de Jean GionoDuomo, 64 págs.

3. El disputado voto del señor Cayo

En las primeras elecciones democráticas tras la dictadura de Franco, un joven grupo de políticos se dispone a luchar por la victoria electoral. Son jóvenes, guapos y educados. Ellos conocen el futuro, saben lo que hay que dejar atrás, y hacia dónde hay que caminar. Como el resultado es muy apretado, deciden recorrer pueblos secundarios para captar hasta el último voto. Así llegan a un pueblo donde solo hay dos habitantes: Cayo y otro, «y si hablas con el otro, no hablas conmigo». En una conmovedora relación con el anciano, los jóvenes descubren cuán vanas eran sus palabras y qué lejos estaban de comprender que la política se asienta sobre una cultura que arraiga en una tradición muy vinculada a la naturaleza.

«El disputado voto del señor Cayo» de Miguel DelibesAustral, 192 págs.

4. El poder

Si el político ha comprendido que la política es algo práctico, y que sus ideas de pupitre y panfleto pueden hacer más mal que bien, entonces estará preparado para ir a los fundamentos de eso que tanto desea: el poder. En Guardini leerá que el poder no es malo, sino todo lo contrario, es lo más humano, lo más digno, y el fundamento de nuestra libertad. Pero también verá que se puede usar bien o mal. Mal, porque su capacidad destructiva es grande. Bien, porque su capacidad constructiva es grande también. ¿Y entonces qué debe hacer? El gran reto del político contemporáneo es domar las gigantescas fuerzas desatadas por la humanidad. Debe rendir su gran poder al servicio del bien, y eso requiere, sobre todo, que deje a un lado su soberbia y que practique una gran humildad.

«El poder» de Romano GuardiniEdiciones Cristiandad, 124 págs.

5. La República

Si el avezado lector y dócil aconsejado, se ha dejado llevar hasta aquí, y solo si ha leído los cuatro libros anteriores, entonces sí le animaría a que se adentrase en un universo nuevo, que probase las mieles de la verdadera literatura política. Como decía Witehead, «toda la filosofía occidental son notas a pie de página de Platón», y su lectura nos da la perspectiva necesaria para comprender que el límite de la política consiste en comprender que los grandes problemas no tienen solución. Si después de este itinerario lector, el político adquiriese la certeza de que su misión no es solucionar el problema de la condición humana, sino tratar de respetarla en todo lo que pudiese, yo me daría por satisfecho. Dado que la tentación totalitaria es encontrar una solución final a un problema que nos es connatural, todo límite a esta inclinación será útil.

«La República» de PlatónAlianza Editorial, 680 págs.