«Breve historia de la especie humana», hacia un mundo no tan feliz

Las páginas de los libros de ciencia ficción de los años 50 del siglo XX y de las décadas posteriores están pobladas de robots que hacen las tareas pesadas que antes hacían los humanos. Humanoides que actúan como avatares en tareas que una persona no podría realizar por sus limitaciones físicas. Humanos prácticamente inmortales, o «amortales», porque la medicina habría erradicado toda enfermedad. Un mundo controlado por la inteligencia artificial, un mundo idílico, perfecto, citando a Aldous Huxley, «un mundo feliz» o, tal vez, terroríficamente feliz. En otros casos, la ciencia real ha superado con creces a la ciencia ficción y muestra opciones imposibles de imaginar en el pasado.

En Breve historia de la especie humana, María Zabay y Antonio Casado, defienden que muchas de esas predicciones realizadas hace décadas, son ya una realidad, o casi una realidad. El libro, que se mueve con maestría en la cada vez más delgada línea que separa la realidad de la ciencia ficción, describe un futuro no muy lejano donde los nanorrobots permiten a la humanidad alcanzar horizontes que, antes de lo que muchos creen, formarán parte de la cotidianidad.

Un futuro en el que será posible volcar el contenido del cerebro en un ordenador, en el que los cuerpos biológicos se mimetizarán con la tecnología en una relación simbiótica que supondrá un nuevo paso en la línea evolutiva.

Los autores no sólo plantean los caminos del desarrollo de la medicina, la tecnología y la biotecnología. También el desarrollo social y político de la humanidad, con una sociedad menos libre, más controlada por las élites, en la que la información será la base de la supervivencia de todo sistema estatal y supraestatal.

Una sociedad en la que las masas estarán plenamente controladas con placebos que ya se dejan intuir ahora, como la obsesión por el ocio, pero llevados al extremo.

Un mundo en el que la mayoría de las personas vivirá en un universo paralelo de realidad virtual y en el que sólo aquellos que cuenten con mayores recursos económicos podrán disfrutar en exclusividad de la verdadera realidad.

María Zabay y Antonio Casado ofrecen un ensayo entretenido, que engancha y atrapa al lector

Los retos que se plantean en el mundo de hoy el cambio climático, la pandemia de coronavirus o la crisis económica, con una economía mundial endeudada muy por encima de sus posibilidades, ya ofrecen algunas soluciones que dejan intuir hacia dónde evolucionará la civilización dentro de no muchas décadas.

María Zabay y Antonio Casado escriben un ensayo entretenido, que engancha y atrapa al lector, que despierta su curiosidad y le invita a investigar y aprender más sobre lo que se plantea en la obra.

El libro, sin embargo, adolece de cierta falta de precisión, sobre todo en la parte histórica, que le resta credibilidad en sus predicciones y argumentaciones posteriores. Algunos errores terminológicos y simplificaciones un tanto pueriles en el capítulo que resume «¿de dónde venimos?» sorprenden en un libro como este que se supone bien documentado.

Pese a ello, el libro es un buen elemento de entretenimiento para los aficionados a las predicciones científicas. Muchas de estas predicciones son perfectamente verosímiles. Son la evolución natural de elementos que ya son realidad.

Otras resultan increíbles. Sin embargo, la experiencia reciente nos muestra que el conocimiento y la tecnología evolucionan a un ritmo vertiginoso, y que lo que hace pocos años parecía fantasía científica, hoy forman parte de nuestro día a día con toda naturalidad.