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Portada de «La máquina de amor sagrado y profano» de Iris MurdochImpedimenta

«La máquina de amor sagrado y profano»

Un libro incómodo pero acertado sobre la fidelidad matrimonial. Murdoch plantea cuestiones morales de manera inquietante y poco convencional.

Murakami opina que las personas muy inteligentes no pueden ser grandes narradores aunque lo deseen, pues su inteligencia les limita a la hora de explicar el mundo a través de una historia. Puede decirse que tienen las ideas demasiado claras como para enfrentarse al acercamiento narrativo. Ciertamente, una característica común entre los filósofos escritores suele ser la explicitud de la idea, que no admite ni matices ni contradicciones internas. Pienso en un Unamuno o un Sartre, o incluso filósofos que se adentraron muy sucintamente en la literatura, como Kierkegaard o el propio Platón.

Iris Murdoch también era filósofa y novelista, pero muy consciente de la disociación entre ambos mundos. Para ella, la mente analítica resuelve los problemas de una manera «austera, desinteresada, franca», mientras que la literatura mira a la imaginación para mostrarnos algo «misterioso, ambiguo, particular» sobre el mundo. La narración no muestra soluciones, sino que plantea preguntas.

Me parece que la obra literaria de Murdoch responde fielmente a sus ideas. Sus narraciones tienen un planteamiento moral, pero no pretende decirnos qué es lo bueno o lo malo (aunque ella lo tenga claro), sino dar las herramientas para que el lector se forme sus propias opiniones. Esto provoca una lectura incómoda, que remueve las entrañas y te deja con una inquietud de fondo tiempo después de haberlos terminado.

Una de las ideas de Murdoch sobre la novela contemporánea es la división entre la novela existencial y la mística. La primera sería la evolución natural de la decimonónica pasada por el filtro de las guerras mundiales: describe un mundo sin Dios en el que el hombre se sustenta a sí mismo. La novela mística, «a la vez nueva y más antigua» plantea una realidad al otro lado del existencialismo, lamentando la pérdida y construyendo una conciencia religiosa, aunque alejada de imágenes tradicionales. Creo que esta novela pertenece a ese segundo grupo y aunque no toca explícitamente la trascendencia, hay una presencia sutil pero constante del espíritu (en minúscula).

La máquina de amor sagrado y profano plantea el dilema de un personaje que tiene que decidir entre el amor conyugal hacia su esposa y el amor pasional hacia su amante. El tema es tan viejo como el ser humano y se ha tratado de mil y una maneras diferentes. A pesar de eso, Murdoch logra ser original en su planteamiento y en sus conclusiones.

impedimenta / 424 págs.

La máquina de amor sagrado y profano

Iris Murdoch

Su gran apuesta versa en la aspiración a ser amado y en la necesidad de ser cuidado: el que cuida y ama recibe mucho más de lo que da. Hasta aquí todo bien, pero que nadie se espere un libro amable y bondadoso. La autora no tiene ninguna piedad con los personajes, y menos aún con los lectores.

Porque la autora irlandesa conoce bien el sentido del pensamiento narrativo, tan diferente y complementario del filosófico, y sabe que una historia no funciona si transmite una verdad absoluta, sino muchas verdades particulares en ocasiones enfrentadas. Es la conjunción de esas verdades inciertas de cada personaje lo que constituye la visión global. Para ello utiliza el antiguo y novedoso método del multiperspectivismo, y en este aspecto logra el difícil equilibrio entre la calidad y la claridad. Los pensamientos de los personajes están magistralmente expresados mediante valiosos monólogos llenos de pequeñas verdades y certezas que el lector, gracias a la visión de conjunto, podemos descubrir viciados o acertados. Las pequeñas contradicciones, sentimientos de autocompasión, egoísmos y mentiras se muestran con la coherencia de quien es consciente de la complejidad humana.

Murdoch, en su apuesta por disociar su obra filosófica de la narrativa, no se conforma con no utilizar sus novelas como mero ejemplo de sus ensayos (y mostrar por tanto una subordinación). Logra hacer algo aún más difícil: escribir libros entretenidos. Conoce los mecanismos de misterio y sorpresa propios de la literatura más popular y no duda en aplicarlos a sus argumentos. De hecho, si nos quedáramos solo con el esqueleto argumental, La máquina de amor sagrado y profano no pasaría de ser una novela rosa bastante melodramática. El resultado, nada despreciable, es una novela que además de profunda es muy entretenida.

La editorial Impedimenta está rescatando muchos de sus libros. Por algún motivo, Murdoch nunca ha calado en el público español. Confío en que este nuevo intento la coloque en el lugar que se merece.