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Josefa Ros Velasco, autora de 'La enfermedad del aburrimiento', en Alianza editorial

Josefa Ros Velasco: «El dolor del aburrimiento nos empuja a avanzar hacia nuevos horizontes»

Hastío y tedio vital: palabras muy conocidas en la vida cotidiana y en la experiencia de lo humano, que Josefa Ros Velasco ha sabido desentrañar en su libro La enfermedad del aburrimiento

Josefa Ros Velasco es fundadora y presidenta de la Sociedad Internacional de Estudios sobre el Aburrimiento.

En el ensayo La enfermedad del aburrimiento, Ros Velasco propone un recorrido por la historia de este síntoma doliente, común a todos los hombres de todas las épocas, para enseñarnos a escuchar su voz y comprender su significado. Pero, paradójicamente, al afrontar este hastío vital y esta abulia, la autora ha escrito un libro apasionante. ¿Qué es el aburrimiento y por qué lo sentimos? A desentrañar estas preguntas fundamentales que se manifiestan como dolor en el corazón, se ha dedicado nuestra entrevistada.

–Creo que eres la persona que más sabe del aburrimiento en este mundo; ¿ha sido el propio aburrimiento el origen de tu investigación?

–¡Qué generoso! No soy ni de lejos la persona que más sabe del mundo sobre este tema. Muchos compañeros de la Sociedad de Aburrimiento que presido llevan incluso más años que yo estudiándolo. ¡Y lo que nos queda (a todos)! No vamos a llegar a comprender los misterios del aburrimiento ni en un millón de vidas. No, no fue mi propio aburrimiento el que me llevó a estudiar este fenómeno, sino más bien mi interés en ayudar a quienes son víctimas frecuentes de su padecimiento.

El aburrimiento viene a alertarnos de que debemos dar un paso para dejar espacio a lo siguiente, a lo nuevo, abandonando lo que se ha quedado obsoleto

–Pero, para entendernos, ¿ qué es el aburrimiento?

–Sabemos lo que es porque todos lo hemos experimentado alguna vez. Es esa sensación dolorosa que sentimos cuando la realidad en la que nos encontramos inmersos no cumple con nuestras expectativas y nos vemos obligados a diseñar y poner en práctica una estrategia de huida que nos devuelva a niveles de estimulación óptimos.

–¿Es el aburrimiento un hecho tan evidente? ¿Somos realmente conscientes de su molesta compañía?

–El aburrimiento es muy evidente, de hecho, se manifiesta corporal y verbalmente, e incluso se somatiza en casos extremos. No podemos por menos que ser conscientes de que ha hecho su aparición en nosotros, porque se presenta de una forma muy dolorosa.

–Y a su juicio, ¿por qué lo sentimos? ¿Qué hace que nos cansemos de todo?

–Lo sentimos porque algo está fallando en nuestro contexto. El aburrimiento viene a alertarnos de que debemos dar un paso al frente para dejar espacio a lo siguiente, a lo nuevo, abandonando lo que se ha quedado obsoleto. La necesidad de seguir desarrollándonos como personas es la que hace que una vez que conseguimos nuestros deseos, nuestras metas, queramos explorar lo diferente.

En nuestra necesidad de huir del dolor que nos causa aquello que nos aburre emprendemos, siempre que nos está permitido, un acto de creatividad para atraer la novedadJosefa Ros Velasco

–Parecemos programados para huir de él como reacción, ¿Por qué crees que sucede esto?

–Porque, de lo contrario, nos quedaríamos estancados en un mismo punto para la eternidad. Esto, traducido en un exceso de adaptación, nos haría vulnerables frente a los cambios sobrevenidos, no elegidos. Precisamente, es gracias a que el aburrimiento es doloroso, que nos sentimos empujados a huir de lo que nos produce su experiencia, de la fuente de aburrición, para seguir avanzando hacia nuevos horizontes.

'La enfermedad del aburrimiento'

–¿Acaso es el aburrimiento el motor de la creatividad, o es más bien veneno de la vida del hombre?

–En nuestra necesidad de huir del dolor que nos causa aquello que nos aburre emprendemos, siempre que nos está permitido, un acto de creatividad para atraer la novedad. Otra cosa distinta es que de ese impulso derive necesariamente algo positivo. En muchas ocasiones, nuestras respuestas al aburrimiento adoptan formas desadaptativas.

–Afirmas que hay un tipo de aburrimiento cronificado, que se hace endémico, ¿ cómo llegamos a él?

–En mi libro he desarrollado un nuevo concepto filosófico que es el del aburrimiento situacional cronificado. Este hace referencia al tipo de aburrimiento frente al que no podemos responder por razón de que el contexto es tan limitante o constrictivo que, incluso si somos capaces de crear en nuestra mente esa estrategia de huida, no se nos permite llevarla a la práctica. La consecuencia final es que nos quedamos atrapados en un aburrimiento que se prolonga en el tiempo, que se cronifica. Esto sucede tanto a nivel individual como colectivo, y, por supuesto, en nuestra sociedad existen multitud de espacios en los que el aburrimiento dependiente del contexto se cronifica. Es diferente a lo que se conoce como aburrimiento crónico, frente al que tampoco se puede responder, pero, en su caso, por razón del propio individuo que se aburre.

Es más fácil y cómodo evitar el tener que pararnos a pensar por qué nos aburrimos y confiar en que solucione el problema un algoritmo, aunque esto, a la larga, traiga consigo una insatisfacción mayorJosefa Ros Velasco

–¿Agudiza, de alguna manera, nuestro tipo de vida, con las prisas, las redes sociales y la inmediatez un aburrimiento más acusado?

–En realidad, la inmediatez con la que podemos escapar del aburrimiento en la actualidad, gracias a las pantallas, es un privilegio si sabemos hacer un uso responsable. Si pretendemos que sean nuestra única herramienta de entretenimiento, al final nos acabarán aburriendo por repetición y exceso. Por otra parte, nuestro tipo de vida acelerada nos aburre porque deja muy poco espacio al tiempo libre, en el que nos veríamos forzados a pensar cómo entretenernos de manera verdaderamente significativa.

–¿El aburrimiento es signo, síntoma de algo que nadie nos ha enseñado a interpretar?

–Todos sabemos interpretar el mensaje que nos transmite el aburrimiento, pero es más fácil y cómodo evitar el tener que pararnos a pensar por qué nos aburrimos y confiar en que solucione el problema un algoritmo, aunque esto, a la larga, traiga consigo una insatisfacción mayor.

–Y, ¿ qué significa?

–Significa que tenemos que tomar las riendas de nuestra vida, practicar el imperativo socrático que dice «Conócete a ti mismo», y explorar formas de colmar el tiempo que nos realicen como personas.

–¿Qué relación cree que hay entre la insatisfacción del corazón y el aburrimiento? O ¿Tiene algo que ver con la religiosidad; con el deseo de plenitud?

–Cuanto más vacíos nos sentimos, a medida que nos encontramos más y más insatisfechos con nuestras vidas, faltos de sentido y de respuestas, aumenta nuestro hastío existencial, hasta el punto en el que nada parece merecer la pena. La espiritualidad, para quienes son capaces de abrazarla, es un remedio funcional contra esta forma de aburrimiento profundo.

–¿Y tiene «solución» o estamos condenados al vacío y la fugacidad?

–Eliminar el aburrimiento de forma permanente es imposible. Tarde o temprano nos veremos abocados a experimentar situaciones que nos resultarán insatisfactorias y ante las que tendremos que responder para seguir avanzando. Lo importante es hacer los deberes socráticos para estar en condiciones de sortear el aburrimiento mediante estrategias adaptativas que logren alejar ese sentimiento de vacío al que nos vemos arrojados constantemente los seres humanos.