'Y por esto el príncipe no reinó': la mejor ficción se une con nuestro pasado

Leovigildo, padre de Recaredo, celebra los diez años de reinado. Han sido tiempos difíciles en los que ha logrado domeñar a los enemigos externos y sojuzgar a la propia nobleza visigoda, aspirante a un poder que consideraban excesivo para una sola persona. Cuando parecía que su proyecto estaba logrado, le llega la guerra interna desde su propia sangre. Su hijo Hermenegildo se levanta en armas y su padre tiene que enfrentarse a su propia descendencia para mantener el reino unido.

Este es el contexto histórico de la novela de Prieto, pero un salto ficcional nos lleva a Constantinopla, donde llega el joven Atanagildo y es mantenido como rehén del emperador Mauricio en Constantinopla. Allí el mundo protomedieval se une al clásico y entran en escena titanes y dioses, Perseo, Aquiles y tantos otros personajes mitológicos que formarán parte de la educación sentimental del joven príncipe que nunca reinó.

Prieto ha escrito una novela con mucho de historia y muchas historias. Con escritura precisa y prosa vibrante nos acerca a nuestro pasado más remoto y al exotismo de la lejanía.