'El último trago': para amantes veraniegos de la historia
La realidad supera la ficción. Una historia digna de Hollywood que supera con creces a Los Intocables de Eliot Ness
La llamada «Ley Volstead», más conocida en Estados Unidos como Prohibition, fue la Decimoctava Enmienda a la Constitución estadounidense, y entró en vigor el 17 de enero de 1920. Dicho así parece algo sencillo, casi un mero trámite político-administrativo. Pero nada de eso: el camino a la Prohibición fue una larga y penosa guerra que comenzó a mediados del siglo XIX, y que dividió a la población estadounidense en dos bandos prácticamente irreconciliables: «secos» y «húmedos». Esa gran guerra, que cambió la vida de muchos, que determinó la política estadounidense durante al menos treinta años y que llegó a convertirse en ley federal (para todos los estados) mediante la ya citada Enmienda fue iniciada por un pequeño grupo de mujeres protestantes que identificaron al alcohol como el principal enemigo de la nación.
ático de los libros / 672 págs.
La ley seca
Este grupo se convirtió no solo en un ensayo y precedente, como señala Okrent, del movimiento sufragista en Estados Unidos, sino que se convirtió en uno de los mayores grupos de presión de la época: muchos estados del país llegaron a imponer asignaturas en los escuelas (Instrucción Científica para la Templanza) sobre las consecuencias de ingerir alcohol (como que dejaba la garganta en carne viva…). Su más poderosa (y masculina) sucesora, la Liga Anti-Salón, lejos de querer influir en el pensamiento de los jóvenes, pasó a la lucha política. Una historia digna de Hollywood, y que supera con creces a Los Intocables de Eliot Ness.