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Asesinato en el Hotel Paradise (XXX)

Acabar con Calisto definitivamente

Hotel ParadiseLu Tolstova

3 de agosto, 10:30

Julieta jadeó.

Floren se giró hacia ella. La azotea estaba acondicionada con sillones y mesas de madera, sombrillas sin abrir y unas fuentes cuadradas que se unían por un río que refrescaban el ambiente. No obstante, aún no estaba abierta, necesitaban colocar los bordes que aseguraban el edificio. Floren agarraba peligrosamente a Julieta desde uno de los bordes de cristal que apenas les llegaban a las rodillas.

–No entiendo nada, por favor, suéltame.

Óscar, que se acercaba sigiloso, se envalentonó y aprovechó la distracción para arrojarse hacia la pianista apartándola de Julieta, que corrió desesperada por escapar de allí mientras los dos se enzarzaban en un forcejeo.

–¿Cómo puedes ser tan desalmada como para formar parte de un asesinato? –preguntó él hablando con la Floren con la que había sentido un vínculo especial.

–¿Desalmada? ¡¿Cómo pudisteis tener la vergüenza de dejar morir a mi padre?!

–Éramos unos críos. No debimos estar allí, debimos acudir antes y quedarnos para ayudar y…

–A mi hermano lo estuvieron tratando en psiquiatría durante años porque aseguraba haber visto a dos demonios incendiar los jardines. No paró hasta que os reconoció en una foto de anuario. No sabes lo mucho que hemos preparado esto.

Los dos estaban agarrados de los brazos, mirándose a los ojos. Óscar trató de ver algo de piedad en sus ojos. Pero los suyos estaban inyectados en sangre. La pianista aprovechó el desconcierto de él para agarrar el cuchillo afilado de su habitación que escondía en el cinturón. Óscar trató de zafarse y esquivar el golpe, pero le rasgó parte del brazo. La sorpresa lo paralizó durante unos segundos. Floren iba a atestar el segundo golpe… hasta que un disparó hizo volar el cuchillo por los aires mientras se doblaba de dolor con la mano ensangrentada.

Alertada por Julieta, Silvia consiguió detener a Floren en el último segundo. Óscar cayó en sus rodillas, conmocionado, mientras ella esposaba a la pianista y le advertía de sus derechos. Su equipo estaba registrando en aquellos momentos el hotel.

En el silencioso camino hacia el hall Óscar se percató de algo y observó el temblor en las comisuras de Floren.

–Ángel sigue aquí –anunció. La expresión de sorpresa en el rostro de la pianista se lo confirmó.

–¿Por qué seguiría aquí pudiendo haber escapado?

–Para acabar con Calisto definitivamente. Está en el patio.

Echó a correr seguido de los gritos de Silvia, que llamaba a que alguien sostuviera a Floren. Y en cuanto llegó seguido de los policías notó un brazo agarrándole del cuello y amenazando con matarle si alguien se acercaba. Vislumbró un mechero antiguo de flores que encendía con el que empezó a prender los muebles y plantas.

–Sabía que vendrías aquí –murmuró ronco mientras se echaba hacia atrás, internándolo entre el fuego. Óscar no podía pronunciar palabra, se estaba ahogando–. ¿Sabes lo que es esperar tantos años una oportunidad como esta? Ver vuestras caras todas las noches. Ver a tu madre morir de pena. Ver como tu hermana lo dejaba todo para cuidarte. No poder rehacer mi vida. Llevo planeando esto desde hace muchos años, pero cuando vi el éxito de Calisto Wagner me hirvió la sangre. No podía alcanzar tanto en la vida después de lo que hice. Me juré investigaros y matar a las personas que me jodieron la existencia.