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Portada de «Miedo» de Stefan ZweigAcantilado

'Miedo': la fascinante novela corta de Stefan Zweig sobre el perdón

El relato de un adulterio que nos habla sobre la necesidad imperiosa del perdón

El arte centroeuropeo de finales del siglo XIX y la primera mitad del XX conserva el poderoso atractivo que suscita en el ser humano la melancolía. Ya sea en el arte, la música o la literatura, los artistas de este atribulado periodo han captado con triste perfección la esencia de un mundo sacudido hasta los cimientos, un mundo herido de muerte, a punto de derrumbarse y desaparecer, y el sentimiento de pérdida de un tiempo que no volverá jamás. Y ese regusto a felicidad extraviada, a felicidad meramente posible, a falta de otra real y plena, nos fascina.

Este arte también nos sigue hablando hoy, como si fuera ayer, porque atravesamos e identificamos circunstancias similares, un nuevo cambio de siglo y la perspectiva incierta de los años venideros, inmersos en una nueva cosmovisión que aún nos debatimos por entender y en la que todavía buscamos nuestro sitio. Mientras, se agitan en el alma humana los rescoldos de tantos desastres pasados que no quisiéramos repetir.

Dos de la voces literarias más sobresalientes de este tiempo pretérito revivido son las de Stefan Zweig y Joseph Roth, y disfrutamos cada año de nuevas ediciones de su literatura gracias al fondo de Acantilado, que se ha propuesto editar en español su obra al completo. Además de su desgraciado final compartido, ambos escritores mantuvieron una unión fraternal basada en unos orígenes culturales similares, sus diferentes reacciones ante la debacle europea y una afinidad intelectual plasmados de forma trascendente en su correspondencia mutua, publicada en el fascinante epistolario Ser amigo mío es funesto (2014, Acantilado).

Acantilado / 144 págs.

Miedo

Stefan Zweig

La última incorporación a este fabuloso repositorio es Miedo de Zweig, un pequeño relato escrito en 1913, publicado años más tarde, en 1920, que presenta como tema argumental el adulterio de Irene, una mujer perteneciente a la alta burguesía. Un comienzo in media res arroja al lector a las páginas de una novela corta que transcurre al ritmo trepidante del mejor suspense, a través de las cuales irá reconociendo en la protagonista, de manera paulatina y al compás dictado por el ingenio narrador omnisciente de Zweig, a una esposa y madre que vive en la nebulosa egoísta y caprichosa de su posición social, arrastrada por la inercia de una vida de comodidades y convencionalismos, signo de los tiempos de indolencia de una Europa que habría de pagar muy cara su despreocupación.

El miedo que atenaza la existencia de Irene no es, como cabría pensar en un primer momento, el que surge ante la perspectiva de ser descubierto, de las represalias familiares, o la vergüenza de ser expulsada del exclusivo círculo social al que pertenece. El verdadero miedo que impide a Irene disipar la culpa y alimenta su turbación es el miedo a pedir perdón y ser perdonada, puesto que la perspectiva de la redención implica adoptar la humildad del amor, que significa, a su vez, dar el paso definitivo, difícil y vertiginoso, de abandonar una vida frívola y superficial y comenzar otra nueva de marcada por la autenticidad y el compromiso absoluto con su familia.

Con todo, el relato no solo mantiene el suspense en torno a la resolución final del enredo, sino también con respecto a la verdadera alusión y significado del título, abriendo nuevos ángulos de comprensión conforme avanza el relato; y esta es, sin duda, la principal virtud que hace de esta pequeña novela una gran pieza que entronca con la mejor tradición de la literatura centroeuropea de su tiempo; no es posible, de hecho, abstenerse de recordar la temática que más de dos décadas después centrará El triunfo de la belleza de Joseph Roth, donde el adulterio es escogido de nuevo como excusa argumental para desentrañar los lugares más insidiosos del alma europea.