'Espinosa, el último capitán de la vuelta al mundo'
Tomás Mazón vuelve a regalarnos una joya para el conocimiento de nuestra historia. En esta ocasión aborda la biografía de Gonzalo Gómez de Espinosa
Después del impacto que causó su libro anterior, «Elcano. Viaje a la historia», Tomás Mazón vuelve a regalarnos una joya para el conocimiento de nuestra historia. En esta ocasión aborda la biografía de Gonzalo Gómez de Espinosa, uno de los integrantes de la Armada de Magallanes, que culminó su viaje sufriendo aún más penurias que Elcano y su tripulación a bordo de la Nao Victoria.
encuentro / 302 págs.
Espinosa, el último capitán de la vuelta al mundo
Mazón es ingeniero de obras públicas, y artífice de la que ya se considera página web de referencia en el estudio de la Primera Vuelta al Mundo: rutaelcano.es. La editorial Encuentro vuelve a apostar por este autor que se ha aproximado a la historia con la minuciosidad y rigor propios del ingeniero, y ha sido capacidad de desentrañar documentos hasta ahora poco revisados o incluso desconocidos para la mayoría. De hecho, una de las aportaciones de este libro – de los regalos que nos hace el autor- es la transcripción de varios documentos que aparecen reseñados en el texto. Destacaría entre ellos la Real Provisión de Carlos V concediendo escudo de armas a Espinosa (1528), o la carta que Espinosa escribió al Emperador desde su prisión en Cochín (India).
Gonzalo Gómez de Espinosa se incorporó a la primera Armada de la Especiería impulsada por el rey Carlos I como alguacil mayor de la misma. Desde este puesto, de designación real, le correspondía hacer justicia en posibles delitos cometidos durante el viaje. Esta misión le llevó a tener un papel relevante en las disensiones producidas entre castellanos y portugueses, y de modo especial durante el motín de San Julián, en el que se ejecutó a dos capitanes castellanos y se abandonó en una isla desierta al veedor Juan de Cartagena y al clérigo Sánchez de la reina.
Embarcado en la Trinidad, Espinosa navegó junto a Magallanes hasta la muerte de éste en la isla filipina de Mactán. Al poco tiempo, sería nombrado capitán general de la Armada, sustituyendo a Juan López Carvallo. De esta manera, Espinosa se convertía, desde el punto de vista del mando, en el gran protagonista de la expedición. Así hubiera sido hasta el regreso a España, si no se hubiera encontrado una avería en la nao Trinidad cuando estaba a punto de partir junto con la nao Victoria de las Molucas. Ante la amenaza de la llegada de una armada portuguesa y la posibilidad de cambio de clima, los capitanes de las dos naos supervivientes de la expedición de Magallanes decidieron separar sus destinos, lo que tuvo lugar el 21 de diciembre de 1521. La Trinidad, bajo el mando de Espinosa, se quedaría en Tidore hasta su reparación, y entonces tomaría el camino de vuelta a España navegando el pacífico, hacia América, mientras que la Victoria ponía rumbo a España navegando por el Indico y el Atlántico. Por este hecho fortuito, Espinosa, que había tomado la decisión de que la expedición concluyera dando la vuelta al mundo, renunciaba a este proyecto que encumbró a Juan Sebastián Elcano como el primer hombre que circunnavegó el planeta.
Este libro de Mazón se convierte en referencia para acercarse a la figura de Espinosa
Sin embargo, tal como relata Mazón a lo largo de trepidantes páginas, Espinosa lograría dar también la vuelta al mundo, pero el tramo final, desde las Molucas, lo haría como prisionero de los portugueses, primero en Ternate, después en Malaca y Cochín, y finalmente en una cárcel de Lisboa. Terminaba así su trabajo en la Armada del Maluco, y comenzaba una nueva etapa de su vida al servicio del rey, una vez liberado.
No desvelamos más de las aventuras e infortunios de un hombre que merece figurar entre los grandes protagonistas de nuestra historia, y que afortunadamente Tomás Mazón rescata del anonimato. Cuando uno termina de leer el libro, se puede preguntar «¿por qué yo no sabía nada sobre este hombre y su gesta?». La respuesta es simple, y en cierto modo desoladora: no hay una sola monografía dedicada a la vida y actuación de Espinosa al servicio del rey de Castilla. Al menos no la hemos encontrado. Esto da aún más valor al libro de Mazón, que se convierte en referencia para acercarse a la figura de Espinosa.
Para concluir, señalemos que hemos encontrado una cierta «maduración» del autor con respecto a su primer libro que, dicho sea de paso, nos mereció un juicio muy positivo. En estas páginas se percibe una mayor soltura narrativa, quizá ha adquirido mayor confianza en sus argumentaciones, está menos pegado a la necesidad de justificar cada afirmación referenciando la fuente. Esto le permite crear un relato que, siendo totalmente fiel a la historia, es ligero, trepidante y cobra el ritmo de una novela de aventuras.
Esto no es obstáculo para que Mazón siga haciendo continuas referencias a las fuentes, y arriesgue a la hora de apuntar conclusiones, dejando muy claro en todo momento aquello que es certeza histórica y lo que es fruto de una interpretación personal. Deja así muchas ideas sugerentes que van a proporcionar a los amantes de la historia nuevos caminos de investigación a partir de documentos de archivo.
Estamos ante uno de los libros forman parte del legado que nos deja la conmemoración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo. Y creo que en uno de los imprescindibles para conocer aún mejor la mayor gesta naval de la historia, impulsada y realizada al servicio de la corona de Castilla.