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Portada de «La corona en España» de Manuel Campos Campayo (coord.)La Esfera de los Libros

'La corona en España': un paseo por nuestra historia monárquica

Catorce especialistas analizan en profundidad la evolución histórica de nuestro país a través de sus monarcas y casas reales

Esta puede ser una de las historias posibles de España. Porque nuestro pasado no se puede analizar sin prestar atención a la monarquía. Esta obra, que tiene también mucho de defensa colectiva de una Corona para el siglo XXI, trata de seguir los pasos de la institución monárquica desde el establecimiento del Reino visigodo de Toledo hasta Felipe VI. En el fondo, tal y como lo expresa Benigno Pendás en el prólogo que abre este libro, estamos ante una completa y particular hoja de servicios de la institución monárquica a lo largo de los siglos. Sin que, por ello, tampoco se oculten los tonos oscuros de un complejo pasado. Aunque, y me corrijo a mí mismo, bien valdría utilizar el plural en esta ocasión.

Los catorce autores, entre los que encontramos miembros de la Real Academia de la Historia y solventes especialistas (sería injusto subrayar a unos sobre otros), son conscientes de que cualquier aproximación a la historia de una institución como la monarquía no puede caer en el esencialismo fuera de sus propios marcos temporales. Se debe atender a los contextos históricos para comprender bien cuál fue su papel en cada uno de los períodos analizados. No es lo mismo hablar de Recaredo que de Carlos III o Alfonso XIII. Su contexto, sus problemas, sus desafíos y sus respuestas fueron diferentes.

la esfera de los libros / 300 págs.

La corona en España

Manuel Campos Campayo (coord.)

Es imposible desentrañar todos los subrayados que se podrían hacer de los trabajos recopilados en estas casi seiscientas páginas. Así que merece la pena apuntar algunas de las cuestiones sobre las que cualquier persona interesada podría encontrar algo de luz y comprensión.

Por ejemplo, la mezcolanza de lecturas germánica y romana en la construcción de una realeza visigoda que intentó generar un marco común de identidad y una estructuración del territorio. Entre el mito y la realidad, el modelo gótico se convirtió en una inspiración para las posteriores dinastías hispánicas. Solamente tenemos que prestar atención al programa legitimador de los Borbones en algunas de las estatuas de piedra caliza que los turistas fotografían en la Plaza de Oriente. También se describen las tensiones entre las propuestas imperiales y la configuración de los reinos nacientes, así como el carácter universalista del patrón monárquico dentro de la Europa cristiana medieval.

Los textos sobre la Corona en la Modernidad ayudan a comprender cómo fue la construcción de una monarquía compuesta a partir de la unión dinástica de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón y del avance por ese Nuevo Mundo que abría a un sinfín de posibilidades a los monarcas peninsulares –ausentes, pero omnipresentes–. Se arremolinan en estos textos los problemas que intentaron hacer frente tanto los Austrias como los Borbones. A saber: la configuración política con la construcción de un estado, la articulación de la diversidad de territorios y sociedades, los enfrentamientos entre maneras diversas de entender la monarquía –como se materializó por las armas en la Guerra de Sucesión– o los intentos por dialogar y adecuarse a las corrientes de pensamiento del momento.

La última parte del libro –ocupa algo más de la mitad del volumen– busca estudiar la evolución monárquica en la época contemporánea. En definitiva, es la historia de la conformación de la monarquía constitucional en tiempos convulsos y críticos para la institución –en algunos momentos por dinámicas propias y, en otros, por agentes externos– hasta el firme compromiso democrático por el que apostó Juan Carlos I tras la dictadura, una decisión que sería finalmente revalidada en referéndum en diciembre de 1978.

El victoriano eminente Walter Bagehot señaló que la monarquía británica debía buscar la inteligibilidad como sistema político para sus súbditos. Creía que cuanto más inteligible fuera tendría una fortaleza mayor. No sabemos si estos escritos podrán favorecer este proceso de reflexión. Pero parece claro que, tras las turbulencias de la última década, los monárquicos tienen la obligación de repensar el papel de la Corona, así como establecer de nuevo su legitimidad sin por ello perder de vista el ayer.

Por cierto, valdría la pena una atenta lectura de esta obra en paralelo a otros dos ensayos recientes –entiéndase la noción alejada de la premura del tiempo acelerado en el que nos movemos–: el inteligente La monarquía en el siglo XXI (Turner) de Jordi Canal y el delicioso A cuerpo de rey: Monarquía accidental y melancolía republicana (Ariel) de Jon Juaristi. En los tres casos, hay un profundo interés por pensar la monarquía para la España de hoy desde una perspectiva histórica. Quizá porque tienen presente que la Constitución estableció que Juan Carlos I era «legítimo heredero de la dinastía histórica». Las palabras nunca son banales.

Y un último apunte que creo más necesario que nunca. Hay que agradecer a La Esfera de los Libros que haya apostado por un trabajo que reúne a varios autores para acercarnos al pasado. Cada vez es más complicado encontrar este tipo de obras en editoriales comerciales y en las mesas de novedades de las librerías por la extendida idea de que estos volúmenes no son tan atractivos para el lector medio. No sé bien cuánto hay de cierto o de leyenda tras esta opinión comercial, pero es importante que estos proyectos al alimón rompan las fronteras de una edición más académica. Todos saldremos ganando.