'La sombra del cóndor': vuelve la novela de aventuras
Miguel Aranguren narra la labor humanitaria de tres jóvenes españoles en Perú. Una novela de aventuras, valores, y homenaje a la hispanidad
En un momento de nuestra historia en el que parece haberse decretado el final de la aventura –no tenemos siquiera que levantarnos del sofá para permanecer vivos (la comida con Glovo, las compras con Amazon, el entretenimiento con Netlix)–. En un momento literario en el que la novela de valores ha dejado prácticamente de existir –¡la autoficción!–. En una época en que la entrega a las causas nobles y desinteresadas cada vez nos cuesta más –tan solo enciendan el telediario–. En un momento así reaparece La sombra del cóndor, una historia de aventuras, valores, y homenaje a la hispanidad.
homo legens / 196 págs.
La sombra del cóndor
Esta novela de Miguel Aranguren que acaba de relanzar la editorial Homo Legens narra el viaje a Perú de tres maños recién graduados en la Escuela de Ingeniería de Zaragoza. Paco, Nacho y Tomás deciden irse no de viaje de fin de curso –eso sería Punta Cana–, sino de labor humanitaria. El objetivo: construir una presa hidráulica en la cordillera de los Andes para abastecer de energía a dos poblaciones aisladas, Saimiri y Tacutaco.
La historia de estos tres jóvenes da para mucho más que el divertimento. Esta es, sin duda, una narración de corte juvenil, pero de interés para todos los lectores adultos que todavía crean en la importancia y vigencia de la hispanidad o quieran redescubrirla. Aranguren nos presenta el valor del intenso intercambio cultural entre España y América –el de antaño y el de hoy, en ambas direcciones–; el respeto mutuo entre culturas, y la idiosincrasia y riquezas de un país hermano al que tanto pasado nos une, aunque ahora una mayoría solo se acuerde de él para abrir informativos cuando los golpes de Estado.
También hay espacio para confrontar ideas. El choque entre nuestros jóvenes protagonistas, en una trama mediada por los peligros que todavía acarrean en zona rural los vestigios de Sendero Luminoso, representa muy bien los frentes abiertos en un país cuyos índices de pobreza derivados de la corrupción política, una mala gestión generalizada y la falta de infraestructuras plantea –o se plantea en la novela– dos grandes vías de solución. La que ha fracasado una y otra vez hasta el momento, la vía marxista de la revolución y los embargos por la que clama Nacho o, como plantea Paco con algo más de realismo: «Déjate de leches panfletarias. Lo que esta gente necesita es desarrollo técnico, económico y social. Y para eso hemos venido».