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Portada de «Araña» de Jon BilbaoImpedimenta

'Araña': un wéstern mítico y existencial

Curioso cóctel en el que Jon Bilbao juega con la literatura y con el placer de contar, y fuerza la necesidad de explicarse quién es y de dónde viene

Jon Bilbao continúa en este libro la aventura exterior e interior que inició con Basilisco en 2019. Habría que preguntarse si hablamos de uno o dos libros, del mismo modo que podríamos discutir si El Quijote es una o dos novelas. Se habla habitualmente de partes o tomos para no complicarnos, pero decimos haber leído El Quijote, sin más. De modo similar, difícilmente se podría entender Araña sin su primera parte.

Sin embargo, tampoco son dos partes de una misma novela, pues el primero tiene un argumento cerrado y autónomo. Así como Cervantes cerró el primer Quijote como obra única, pero se vio obligado a escribir una segunda parte, diez años más tarde, para disociar a su personaje del espurio creado por Avellaneda. Y no solo en su composición Araña es quijotesca. Así como El Quijote en su segunda parte es ya figura conocida por los dos libros escritos sobre él, su protagonista John Dunbar se ha convertido en temática de wésterns y llega incluso a conocer a uno de sus escritores. Lógicamente no le gusta nada su versión ficcional.

Como digo, Araña continúa Basilisco y no recomiendo su lectura sin la previa. Es más, aquí voy a hablar indistintamente de las dos obras pues no se puede hablar de una sin la otra. Varias de las claves narrativas solo se entienden con la lectura del primer libro. En un juego metaliterario, se nos presenta la vida de Jon, escritor con formación en ingeniería, de padres vascos pero nacido en Ribadesella. Cualquiera que indague mínimamente descubrirá que encaja perfectamente en la biografía del autor. Hasta dónde, lo ignoro. Mientras se nos cuenta su vida en Asturias y sus problemas (familiares, creativos, existenciales…) se intercalan las aventuras de John Dunbar, llamado Basilisco, y sus aventuras en el Lejano Oeste entre el folletín y el relato mítico. Así las cosas, quien disfrute del wéstern estará encantado con Dunbar y aburrido con Jon, justo lo contrario que sentirá el lector de gustos realistas. Pero no son dos historias entrelazadas, sino un juego de realidades ficcionales. Gustará a quien le guste la buena literatura.

impedimenta / 416 págs.

Araña

Jon Bilbao

La narrativa gótica inauguró, en época presicológica, la figura del monstruo como reflejo desmesurado del individuo. Desde Frankenstein hasta Jekyll y Hyde, se nos presentan las criaturas supernaturales como una proyección de frustraciones, traumas, miedos o vicios. Esa misma estela continúa Bilbao en estos libros, donde los dos monstruos, el Basilisco y la Araña, están detrás de dos personajes que encajan en el mundo de la ficción realista. Es entonces cuando adquiere sentido la conexión entre Jon y Dunbar. Si en Basilisco se nos habló del hijo y su furia, ahora le toca el turno a la madre y su complejidad. Hay quien dirá que es una alegoría, una metáfora o un símbolo; yo me inclino más al relato mítico. Bilbao es un navegante ficcional que sabe moverse entre los planos de la realidad como pez en el agua, me figuro que también sabe que el logos nunca sustituyó al mito y por eso explica la vida con la mejor herramienta que tiene: su voz narrataria.

Bilbao es uno de los grandes contadores de historias y en este libro demuestra que es capaz de dominar un gran relato sin que se le escape de las manos

Bilbao es uno de los grandes contadores de historias y en este libro (si no me equivoco el más extenso de los que ha escrito) demuestra que es capaz de dominar un gran relato sin que se le escape de las manos. Su calidad plástica es excepcional. Es un escritor táctil, capaz de hacernos visualizar y disfrutar leyendo cómo se arregla el motor de un barco o se ajusta la cincha de un caballo. Junto con eso, su consabida capacidad para enhebrar tramas y mantener la tensión narrativa en su justa medida: a punto del exceso pero salvando los muebles con elegancia en el último momento.

Quien no haya leído a Jon Bilbao y le guste la buena literatura, tiene la oportunidad de descubrir un original mundo ficcional de una grandísima calidad. Eso sí, recomiendo comenzar con Basilisco sin miedo a quedarse hambriento al saber que hay un suculento segundo plato.