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Portada de «Grunewald. La Jerusalén germanojudía» de Thomas SparrAcantilado

'Grunewald. La Jerusalén germanojudía': geografía interior del distrito de Rehavia

El escritor, filósofo y teórico de la literatura Thomas Sparr recupera en este ensayo el mundo de ayer de los apátridas que se instalaron en uno de los barrios más ricos intelectualmente de Jerusalén

En la década de los años treinta y cuarenta del siglo XX los judíos procedentes de Alemania, que llegaban a Jerusalén por razones diversas (visita a familiares, emigración, sionismo, internado temporal por la potencia colonial británica, persecución nacionalsocialista) —llamados yekkes—, se instalaron en el barrio de Rehavia. El distrito se convirtió en el epicentro de una comunidad germanojudía de intelectuales, funcionarios, profesores y médicos, que conversaban y debatían en lengua alemana.

El barrio fue proyectado y construido por el arquitecto judío-alemán Richard Kaufmann, que había emigrado en 1920 a Tierra de Israel y que fue el arquitecto de la Compañía para el desarrollo de Tierras en Palestina del movimiento sionista; bajo la influencia de la Bauhaus urbanizó zonas residenciales y asentamientos, construyó aldeas rurales y diseñó los barrios del norte de Tel Aviv. A los habitantes que llegaban a Rehavia procedentes de Berlín les recordaba a Dahlem, aunque el barrio no se encuentra a las afueras de la ciudad, sino en el centro de Jerusalén Oeste, en las proximidades de la plaza de Sion o del mercado judío; era conocido como «la Llanura de Dios», «la isla prusiana en el mar de Oriente», o el «Grunewald de Oriente», en clara alusión «al distinguido barrio de la zona oeste de Berlín que revivía a su manera al oeste de Jerusalén».

acantilado / 208 págs.

Grunewald. La Jerusalén germanojudía

Thomas Sparr

Thomas Sparr (Hamburgo, 1956) —director de las editoriales Jüdische Verlag (1990-1998) y Siedler (1999-2004) y actual editor de Suhrkamp en Berlín—, llegó en la década de los ochenta a la Rehavia alemana de Jerusalén, que «solo conocía de los libros». Durante un período de tres años, desde 1986 estuvo trabajando en el Instituto Leo Baeck —centro de investigación de la historia y la cultura de los judíos de Alemania— de la Universidad Hebrea de Jerusalén que, al estar en el monte Scopus, formaba parte de Rehavia. Con el tiempo, bajo la seducción de esta ciudad jardín, donde tuvieron lugar los encuentros entre el filólogo e historiador Gershom Scholem y el filósofo y traductor de la Biblia al alemán Martin Buber, el filólogo alemán tomó conciencia de que debía contar lo que allí había aprehendido y escribió Grunewald im Orient. Das deutsch-jüdische Jerusalem, que publicó en 2017.

El escritor, filósofo y teórico de la literatura alemán recupera en este ensayo el mundo de ayer de los apátridas que se instalaron en uno de los barrios más ricos intelectualmente de Jerusalén: los sefardíes —como testimonian las calles del distrito—, los judíos que huyeron del nacionalsocialismo de Alemania en los años treinta, y los peluqueros, sastres, cerrajeros o panaderos que llegaron procedentes de Rusia, Polonia y Lituania; y rescata, asimismo, la vida del barrio en el que convivieron la lengua alemana y la lengua hebrea hasta su desaparición en 1933 y la cultura culinaria kosher y la de los emigrados.

Con la llegada masiva de judíos que huían del nazismo, Rehavia —lugar de residencia de profesores, empleados y estudiantes de la Universidad Hebrea y barrio de poetas y pensadores— creció de forma dramática. En 1940 la vida era tan agobiante como en toda Palestina; crecieron las tensiones entre la población judía y el poder británico que prohibió la inmigración judía, los atentados y actos terroristas; en febrero de 1947, el ejército británico dividió la ciudad en cuatro zonas separadas por alambre de espino y, unos meses más tarde, en noviembre de 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidos dividió Palestina en dos Estados autónomos, y en 1948 se proclamó la creación del Estado de Israel. La Rehavia germanojudía se transformó en una Rehavia israelí.

Grunewald. La Jerusalén germanojudía es un rico fresco histórico y cultural, en el que Thomas Sparr trenza la historia de los grandes protagonistas que dieron vida al café Atara, como Werner Karft que residió allí durante varias décadas, y da cuenta de algunos de los acontecimientos más destacados del siglo XX; los orígenes de la Universidad Hebrea bajo el mecenazgo del barón Rothschild y la biografía de sus brillantes profesores; la importancia de la prensa alemana (Neue Zürcher Zeitung o Zürcher Illustrierte) en los cafés de la época, como el Alaska, el Sichel, el Vienna o el Fink`s bar; la llegada del pintor Oskar Kokoschka y de la pareja que formaban Franz Werfel y Alma Mahler-Werfel; el proyecto fallido de Walter Benjamin de ir a Jerusalén, invitado por su amigo Scholem; el círculo de eruditos e intelectuales, que presidió Shmuel Sambursky, cronista del club Pilegesch hasta su disolución en 1945; la celebración del setenta cumpleaños de Martin Buber, a pesar del asedio de las tropas árabes en 1948; la llegada de Hannah Arendt en 1961, enviada por The New Yorker, para cubrir el proceso contra Adolf Eichmann; la visita del Canciller Konrad Adenauer a principio de mayo de 1966; o la llegada a principios de octubre de 1969 del poeta Paul Celan, entre otros.

Aunque son muchas las obras que han plasmado la vida intelectual y espiritual que llenaba este espacio urbanístico —las fotografías y obras pictóricas de Else Lasker-Schüller; la autobiografía de Gershom Scholem; los poemas de Mascha Kaléko, de Lea Goldberg y de Tuvia Rübner; los escritos de Werner Kraft; las novelas Una historia de amor y oscuridad de Amos Oz, y Shira de Shmuel Yosef Agnón, entre otras—, con Grunewald. La Jerusalén germanojudía Sparr introduce al lector, con prosa sencilla y elegante, en la fascinante vida de Rehavia a partir de los datos históricos y de la ficcionalización de algunas de las historias que vivieron los inmigrantes fallecidos o jubilados.

Grunewald. La Jerusalén germanojudía es una referencia inexcusable para quien anhele comprender la riqueza y la profundidad intelectual, cultural y artística que se vivió en la Grunewald de Oriente, y un libro conmovedor para entender el convulso siglo XX.