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Imagen de la cubierta de 'Ciudad de los sueños' de Don Winslow

'Ciudad de los sueños': el ecuador de la última trilogía de Don Winslow

El autor estadounidense continúa el viaje de Danny Ryan tras el sangriento final de 'Ciudad en llamas'

Es complicado hacer una reseña de la segunda parte de una trilogía sin hacer spoilers de cómo termina la primera. Lo que sí sabemos es que cuando publique la tercera parte de la historia de Danny Ryan, el protagonista de la trilogía que comienza con Ciudad en llamas, Don Winslow (Nueva York, 1953) dejará de escribir y se centrará en el activismo político para combatir a Trump, cuyo movimiento tacha de «neofascista». Ahora hemos leído Ciudad de los sueños, el ecuador de la trilogía, y ya tenemos la mirada puesta en Ciudad en ruinas, que llegará previsiblemente en 2024.

De Rhode Island hasta California y San Diego. Danny Ryan protagoniza una huida tras el final de la primera parte de la trilogía que termina manchando de rojo el papel. Es, por así decirlo, un reflejo del propio Winslow, que en una entrevista en El Debate reconocía que había un poco de su vida en ese viaje migratorio hacia el Oeste.

HARPER COLLINS / 381 PÁGINAS

Ciudad de los sueños

Don Winslow

La historia sigue fijándose en La Eneida de Virgilio. Pero la epopeya viaja hasta los años 90. Aquel estibador de Providence, marido y amigo leal, lo ha demostrado. Ahora se sube al coche para huir, por eso de las venganzas de la mafia. Italianos e irlandeses se habían dado la mano en las primeras páginas de Ciudad en llamas y aquí llegan enfrentados. Culpa de la trama, culpa de Pam o culpa de quien consideren los lectores. Porque culpables no faltan, claro.

A continuación se desvelan algunos detalles de Ciudad en llamas, primer libro de la trilogía.

En Ciudad de los sueños también chocan los irlandeses y los italianos. Hay cambio de líderes tras la derrota del clan de Danny Ryan frente a los de Moretti. Han perdido los muelles y los sindicatos, y la escena de la playa llenó de sangre el final del primer libro, que sirve de punto de partida para el segundo. Una muerte en la familia hace que el coche de la huida lleve a menos pasajeros de los que le hubiera gustado a Ryan.

Además de la mafia italiana, que va a por él, cómo no, la poli no se olvida de quién es Danny. Las autoridades, también el FBI, le tienen en el punto de mira por diferentes cuestiones. Hay corruptelas, claro. Sobornos y amenazas. Y con todo ello hay que lidiar.

Puede que pienses que eres un tipo duro porque estás interpretando a un tipo duro, pero eso no te convierte en un tipo duroCiudad de los sueñosDon Winslow

El viaje de los Ryan llega hasta California. Le acompaña parte de su inseparable séquito, que llega a dudar de él. Y se meten en el mundo del cine cuando descubren que han empezado a rodar una película basada en su guerra con los italianos. Ellos, detrás de la pantalla. Y delante, algunas de las estrellas del Hollywood de la época. De nuevo Winslow recurre a la figura femenina con una actriz deslumbrante que tiene un oscuro pasado -en la primera novela Pam era una suerte de Helena de Troya- y cambia la vida de Danny.

El libro termina en el desierto de Las Vegas tras la marcha de San Diego. Una mina abandonada sirve como asentamiento para una comuna. Podría parecer que la desconexión del mundo real es total en esa zona de América, pero no es cierto. Llegan viejos amigos. Y el final.

El pueblo estadounidense quiere la tortilla entera, pero prefiere no saber cómo se cascan los huevosCiudad de los sueñosDon Winslow

En el fondo, Ciudad de los sueños habla de Estados Unidos. De su ruido y su silencio. De sus calles y sus playas. De sus hoteles, sets de rodaje y restaurantes. De sus bajos fondos. De su gente. «El ciudadano americano lo quiere todo: energía, seguridad y que se cumpla la ley. Quiere poder calentarse en invierno y estar a salvo de atentados terroristas, y además quiere mantener esa imagen que tiene de sí mismo, la de la ciudad impoluta en lo alto de la colina. El pueblo estadounidense quiere la tortilla entera, pero prefiere no saber cómo se cascan los huevos», reflexiona uno de los personajes mientras mira hacia el monumento de Washington.

El libro es un best seller de los buenos. De los que se leen pitando y disfrutando. De lectura fácil, pero de fondo trabajado. Así acostumbran a ser las novelas de Don Winslow, accesibles pero muy bien construidas y documentadas. Que lleguen ya las ruinas, pero que no sea la última, hombre.