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Portada de «De campesinos a franceses» de Eugen WeberTaurus

'De campesinos a franceses': una historia total de la Francia de la III República

De campesinos a franceses: La modernización del mundo rural (1870-1914) de de Eugene Weber se traduce a nuestro idioma con un retraso de décadas. Fue publicado en inglés por vez primera en 1976. Cuarenta y siete años son suficientes para reconocer en estas páginas una auténtica obra maestra

Hay que saber leer a los clásicos. No es una tarea fácil. Quizá por ese motivo nos alejamos de ellos en demasiadas ocasiones. Como revelaba Italo Calvino en su imprescindible Por qué leer a los clásicos, «para poder leer a los clásicos hay que establecer desde dónde se los lee». En el caso de los trabajos históricos esto es una realidad mayúscula. De campesinos a franceses se traduce a nuestro idioma con un retraso de décadas. Fue publicado en inglés por vez primera en 1976. Cuarenta y siete años son suficientes para reconocer en estas páginas una auténtica obra maestra. Los editores lo saben y, por eso, se han atrevido a ir contracorriente. Este libro monumental, lleno de referencias a fuentes de todo tipo, es un intento de elaborar algo así como una historia total de la Francia de la III República. Weber lo escribió cuando este modo de narrar el pasado estaba sustituyéndose por otras formas historiográficas.

Eugen Weber no era un recién llegado. Llevaba tiempo investigando sobre la Francia contemporánea y era consciente de los vacíos que existían por aquel entonces. Su perfil era muy particular: era un historiador estadounidense nacido en Bucarest y su disertación doctoral había sido rechazada por un revisor de la universidad Cambridge, el prestigioso Alfred Cobban. El principal problema era, según se le señaló, la escasa utilización de fuentes primarias. La historia tiene estos divertimentos. Weber fallecía en 2007 y los diarios de medio mundo se hicieron eco de la noticia. No había duda de que se reconocía en él a uno de los mejores cultivadores de la historia en el siglo XX. En España, su muerte apenas tuvo impacto mediático. Quizá el problema fuera que nunca creó una escuela de discípulos directos y la escasez de textos traducidos, que siempre dificulta la fama.

De campesinos a franceses es una obra río que busca desentrañar los vericuetos del proceso de modernización y nacionalización de la Francia de entresiglos. Obliga a sus lectores a caminar entre multitud de datos que intentan explicar la política, la sociedad, la economía y la cultura de un mundo desaparecido en parte. Weber siempre consideró que «nuestra pintura del conjunto depende de las partes en que éste se divide, lo general no tiene sentido fuera de lo particular». Estas ochocientas páginas son una prueba de ello. No hay ámbito que deje de lado, aunque estén tratados con diferente profundidad. Este paseo nos lleva por diferentes hábitats, donde descubrimos el papel jugado por las costumbres, las fiestas o rituales comunitarios, la producción económica, el acceso a los servicios, la alimentación, la criminalidad o la circulación de noticias.

taurus / 800 págs.

De campesinos a franceses

Eugen Weber

¿Y cuáles son las conclusiones? Que la nación surgió del encuentro entre la patria tradicional y las políticas liberales. El proceso no fue ni rápido ni sencillo. De hecho, y contra una opinión mayoritaria entonces, Weber retrasaba el afianzamiento de la nación francesa a la III República, sin desmerecer tampoco el impacto de la Gran Guerra. Estas políticas gubernamentales favorecieron que los campesinos se integraran en dinámicas nacionales y modernas. Porque el fenómeno nacional se ligaba irremediablemente a la labor del Estado francés, que buscó «civilizar» al campesino a través de todas las herramientas que tuvo a su disposición – especialmente destacadas fueron el ejército y la escuela. El libro busca explicar así cómo desapareció un mundo en un proceso de radical transformación del universo rural francés.

Este libro es hijo de su tiempo por lo que el contexto importa. Desde su publicación se ha discutido hasta la saciedad algunas de las premisas y unas cuantas conclusiones de Weber. A saber, y sin ánimo de ser exhaustivo: que subestima la acción de los campesinos y sobreestima la del Estado; que no se fija adecuadamente en los procesos que se dirigieron de abajo hacia arriba; que no se detalla adecuadamente cómo la nación se fue integrando en las personas; o que su interpretación sobre la modernización deja de lado alguna que otra arista problemática del asunto. El propio Weber sabía que la historia solo se va conociendo según vamos ampliando los detalles. Estos son infinitos. Nos guste o no, el oficio del historiador no deja de ser una constante tentativa para encontrar la verdad. En el fondo, eso es lo que persiguen los grandes libros de historia. Como clásico que es, aún podemos seguir leyendo De campesinos a franceses para mejorar nuestra mirada sobre el pasado. Necesitábamos tener este libro en español, y esperemos que no sea el último. Hay unos cuantos más de Weber que bien merecerían una nueva vida editorial en España, por ejemplo, el ya traducido Mi Francia (descatalogado desde hace décadas) o Apocalypses, inédito en español. Por tentar a la suerte que no quede.