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Portada de «La única historia» de Julian BarnesAnagrama

Julian Barnes: qué leer para descubrirle

Dos libros con los que introducirse en uno de los grandes novelistas de la memoria, la identidad y el amor

Tras cuarenta años dedicados a la literatura es difícil que ninguna de tus novelas defraude y que tu obra no haya quedado «trasnochada». Más fácil es, de seguir la tendencia de los últimos años –la de «el que ganó era bueno, pero había otros mucho mejores»– entrar en la terna de aspirantes al Nobel que morirán sin recibirlo.

El británico Julian Barnes atesora lo difícil y lo fácil. Es uno de esos escritores vivos –que decía Rosa Chacel, el escritor de literatura viva, de la literatura amasada con vivencias que agarra al lector con ellas– de los que se dice con acierto que «hay que leer».

Su narrativa presenta dos fórmulas: la novela dedicada a la exploración literaria de la memoria, la identidad y el amor; y la biografía narrativa de grandes artistas, género por el que quizá pase a la historia de la literaria como uno –sino el mejor– de sus grandes exponentes.

A continuación, dos puertas de acceso a su narrativa, una para cada modalidad. Qué leer para descubrir a Julian Barnes.

«El ruido del tiempo» de Julian Barnes

Esta biografía narrativa sobre Shostakóvich comienza con la condena oficial del compositor, en forma de editorial, en el diario oficialista Pravda. El régimen estalinista acusó al músico de formalista, desviacionista y antipopular, y su música de «mero ruido». Menos adjetivos llevaron a otros a una muerte segura.

Con esta novela, Barnes apuntala su capacidad para construir una biografía interior repleta de nuevos y variados matices sobre el personaje en cuestión, plagándola de las libertades y licencias propias de la tonalidad narrativa, sin restar por ello ni un ápice de sinceridad al relato; al contrario, Barnes consigue mayor veracidad sobre Shostakóvich, una ficción más real que la propia realidad conocida hasta el momento sobre el compositor y su tiempo. La novela y su ficción, apoyados por un narrador omnisciente que desvela recuerdos fragmentados de toda una vida de incertidumbres, son los recursos escogidos para desempañar décadas de una existencia deslucida por la opresión y sacar a relucir los fantasmas que acompañaron al compositor durante una vida de infinitos interrogantes y coartadas morales.

Otras lecturas para continuar con el Barnes biógrafo son: El loro de Flaubert o Arthur y George.

«La única historia» de Julian Barnes

En este relato, narrado por su protagonista Paul desde el recuerdo –y estos dependen de quién recuerda–, se cuenta la relación que mantuvo con Susan Macleod, de 48 años, casada y con dos hijas, cuando él contaba 19 años. Un amor en el que Paul encuentra su media naranja y un buen motivo para madurar como persona, y en el que ella –siempre según los recuerdos de Paul–, encuentra una salida a su infeliz matrimonio y a un mundo encorsetado, burgués, tedioso y caduco. También según el recuerdo de nuestro protagonista se trata de una historia de amor sincera, verdadera, «para siempre». ¿Se creen a Paul?

Esta es la pregunta que, sin formularla, lanza un Barnes invisible, pero omnipresente en el relato. Un Barnes que trabaja con paciencia el personaje, acompañándolo con inteligencia desde la primera página para empujarlo a admitir la verdad ante el lector sirviéndose de inteligentes recursos narrativos. El lector, en cualquier caso, solo encontrará respuestas leyendo entre líneas –el subtexto, que dicen–.

Otras lecturas para continuar con el Barnes más literario son: El sentido de un final, Niveles de vida o Hablando del asunto.