Cinco clásicos para la Navidad En estas semanas podemos aprovechar para liberarnos de nuestra época, observando al hombre y al mundo sin las gafas de nuestros prejuicios, y con un toque de diversión José María Sánchez Galera 23/12/2023 Actualizada 04:30 0 Save Save Facebook X Whatsapp Whatsapp Enviar por Email Print Las Minas del Rey Salómón, de Henry Rider Haggard Henry Curtis es un inglés que viaja, en el albor del siglo XX, al África austral. Lo acompaña su amigo el capitán marino John Good; ambos pretenden contratar a Allan Quatermain, también británico y curtido explorador y cazador. Tras rechazar inicialmente su oferta, Quatermain acaba dando el brazo a torcer y les organiza un viaje que se irá convirtiendo en una fascinante sucesión de aventuras. En un principio, parece existir un doble motivo: localizar al hermano de Curtis, y alcanzar unas supuestas minas que sirvieron para dotar de suntuosidad al reinado de Salomón. En su grupo se integra un enigmático personaje llamado Umbopa, y atravesarán desiertos donde el sol amenaza con reducirlos a huesos, y también glaciales montañas. Localizarán a los kukuanas, un pueblo repleto de sorpresas y desafíos donde brillará la belleza de una esbelta nativa y la perfidia de una horrenda bruja… Ambientada en época colonial, la novela ofrece riqueza de perspectivas y mucho entretenimiento sugestivo. El cuaderno gris, de Josep Pla Dietario que comenzó a escribir el ampurdanés Pla (1897–1981) cuando era joven: la primera anotación está fechada en marzo de 1918 y la última en noviembre de 1919. Aunque da la impresión de ser una sucesión de anotaciones bien diversas y con la frescura de redactarse en el momento, en realidad el libro está muy revisado por Pla, que lo publicó con enorme posterioridad: en 1966. Su traducción del catalán al castellano –a cargo de un deslumbrado Dionisio Ridruejo– tardará casi diez años más. La grandeza del libro estriba en la variedad de estilos, tonos y extensiones que practica, además de la visión–irónica, lánguida, derrotada en ocasiones– que transmite del mundo, del ser humano –sobre todo, de sus paisanos de Palafrugell y los de Barcelona y otros lugares– y de lo que podemos llamar «actualidad» de aquellos días. Dersu Uzala, de Vladímir Arséniev En las primeras décadas del siglo XX, Siberia era un territorio aún más ignoto, inhóspito y alejado de la humanidad que hoy. Las exploraciones por aquellas extensas tierras suponían un hito para los científicos rusos, y apenas llegaban a Occidente ecos de sus peripecias o descubrimientos. La tundra, la estepa, la taiga eran nombres con que columbrábamos paisajes inabarcables, gélidos, donde el viento ulula sin parar. Por aquellos parajes cayó lo que se pretende que fue un misterioso meteorito; el denominado «bólido de Tunguska» (1908) cuya indagación científica tardó trece años en dar los primeros pasos. Entre 1902 y 1906, el naturalista Arséniev lideraba una expedición para conocer algo de la Siberia más extrema. Les fue de vital ayuda un nativo llamado Dersu Uzala, cazador, nómada, creyente en la religión animista del país. Quienes hayan conocido esta historia gracias a la adaptación cinematográfica de Akira Kurosawa (1975) podrán gozarla con otra intensidad en las páginas del libro en que se basa. San Eulogio de Córdoba, de Justo Pérez de Urbel Uno de los muchos sucesos que han determinado la personalidad e historia de España es la invasión muslim del siglo VIII. Aquello supuso el final de un mundo y el comienzo de otro, con inevitables transiciones, contaminaciones mutuas y disputas para erradicar o bien lo antiguo o bien lo nuevo. Uno de los personajes que vivió en aquel entonces es el mártir Eulogio de Córdoba, cuya biografía y ambiente –en todos los órdenes: desde lo teológico, ascético y litúrgico hasta la conflictiva existencia bajo el dominio agareno– se trasladan aquí con enorme abundancia de detalles. Redactado con deleite, este libro es una profusa investigación histórica –no del gusto de la «corrección» que hoy impera, desde luego– narrada mediante una trama cuyas fuentes aparecen citadas sin interrumpir la lectura. Una inmersión en una época que resulta inquietante por sus reiteradas concomitancias con nuestro tiempo. Antropología de san Ireneo (editada por Antonio Orbe) En siglos caracterizados por lo que parece ser la mudanza o confusión en la doctrina, puede resultar de ayuda retornar a los manantiales del Magisterio. O, simplemente, acudir a hombres que vivieron mucho antes que nosotros y cuya interpretación de la condición humana quizá resulte más atinada o excelsa que la nuestra. Este es el caso de Ireneo de Lyon, padre de la Iglesia nacido en Esmirna a mediados del siglo II. Su obra, aunque de carácter teológico y enfocada a luchar contra las herejías de su tiempo, aparece editada en este volumen en una estructura en torno a cuestiones que afectan a la naturaleza del ser humano: desde su condición creada –qué significa «imagen y semejanza de Dios»–, el contenido y límites de su libertad, su dimensión corporal y sexuada, o el concepto que se conoce como pecado original y que pretende explicar el mal en el mundo –¿cómo era Adán antes de la Caída?– se pregunta y responde en estas páginas. comentarios