Fundado en 1910
Portada del libro 'Solsticio siniestro'

Portada del libro 'Solsticio siniestro'Editorial Impedimenta

'Solsticio siniestro': cuentos para las noches más largas

Una colección de relatos invernales donde reina lo inquietante y el misterio sobrenatural. Ideal para la estación más fría

La editorial Impedimenta ha publicado una antología de cuentos de autores anglosajones cuyo elemento en común es el horror gótico invernal. Con esto dicho, casi se podría terminar la reseña, pues la narrativa gótica tiene sus adeptos y sus contrarios. Sin embargo, que una editorial generalista se adentre en las angosturas del género me parece suficientemente interesante como para profundizar en su contenido.

Portada del libro 'Solsticio siniestro'

Impedimenta (2023). 279 páginas

Solsticio siniestro

Varios autores

La colección de relatos apareció hace dos años en el Reino Unido bajo el título aproximado Solsticio sombrío. Cuentos navideños de fantasmas y me parece un acierto la reescritura del título en español, Solsticio siniestro. Cuentos para las noches más largas, pues el común denominador no es tanto la Navidad (que solo aparece en algunos relatos y más como escenario que como asunto) sino el invierno. La estación más fría del año es también la más oscura y una vez terminan los festejos navideños puede convertirse en una temporada muy solitaria. Estas características la hacen muy propensa a la lectura en general y, por qué no, a las historias de fantasmas en particular. En este contexto llega la antología creada por las dos conservadoras de la Librería Británica, Lucy Evans y Tanya Kirk, que además de la selección introducen de forma breve e inteligente a unos autores que muchas veces el lector español desconoce.

De los doce relatos solo hay dos autoras conocidas: Daphne du Maurier, gran inspiradora de Hitchcock (Rebeca, Los pájaros y La posada de Jamaica) y Muriel Spark, con su magnífica La plenitud de la señorita Brodie. Otros autores serían probablemente conocidos en su época pero hoy en día son tan oscuros a nosotros como las noches invernales. Uno de ellos, Frederick Manley, tiene el mérito de solo haber publicado el relato que aquí aparece. Pero el lector no debe engañarse con el desconocimiento de los autores. Precisamente el trabajo de las editoras consiste en rescatar textos inmerecidamente olvidados y las lecturas que proponen, publicadas originariamente entre 1893 y 1974, dan buen ejemplo del éxito de la selección. Habiendo elogiado la libre traducción del título, solo echo en falta de la edición española la breve pero informativa introducción de las editoras, donde contextualizan la antología. Lo que no echo en falta es la nota previa de los editores ingleses, donde advierten que los relatos, debido a estar escritos hace años, podrían incluir expresiones o ideas que tal vez no encajar con los estándares actuales y por lo tanto hacer la lectura incómoda a algún lector especialmente sensible. Afortunadamente aquí no hemos llegado a esas sensibilidades culturales, por lo que no es necesaria tal advertencia previa.

Al abarcar casi un siglo cronológico, en este libro se ve cómo el género gótico ha evolucionado sin perder intensidad narrativa ni caer en el lugar común. Varios de ellos pueden considerarse como históricas canónicas, donde el fantasma es el clásico espíritu que permanece en una habitación, una encrucijada de los caminos o una mansión por el sencillo motivo de tener un asunto pendiente entre los vivos, sea la venganza o la maldición. Pero también hay fantasmas modernos, familiares que se materializan en un árbol, como el genial relato inaugural de Daphne du Maurier; seres cuya presencia sólo se percibe en el mediodía, o incluso un original relato donde el fantasma pertenece a una persona que aún está viva. Termina el libro con un bello relato que, esta vez sí, combina la Navidad con el relato gótico en un claro homenaje del autor que mejor supo combinar ambos escenarios: Charles Dickens y su Canción de Navidad.

Aunque gozan de gran la variedad temática y cronológica, ninguno de estos relatos cae en lo grotesco, lo sangriento o en lo que puede llamarse el terror explícito basado en el susto y las situaciones límite. Un estilo que puede apasionar a lectores pero alejar a muchos más. Por el contrario, todos se mueven en la elegante línea de lo inquietante y lo misterioso, lo que hace, pese a la advertencia de la nota inglesa, un libro muy apto para todos los públicos.

comentarios
tracking